ESPN.- Apenas saltó al campo y la afición malagueña lo recibió entre aplausos. Javi Gracia le brindó la confianza y Guillermo Ochoa respondió a la misma. El Málaga se jugaba tres puntos cruciales en su búsqueda por puestos en competiciones europeas y el mexicano ayudó a la causa al bajar la cortina y mantener el cero en su arco en el triunfo por la mínima diferencia ante el Sporting de Gijón.

La lesión de Carlos Kameni de la semana supuso la titularidad de Ochoa y la confianza estaba de su lado. Concentración al mil por ciento, varios días de preparación física y mental y a responder sobre la grama. Memo se convirtió en el primer portero mexicano en iniciar un encuentro de Liga española y salió librado en su primera intervención durante 90 minutos.

Ochoa respondió a la exigencia cuando se le requirió. No fueron muchas oportunidades, pero sí las necesarias para dejar su marca y evitar la caída de su portería. Bajó la cortina siempre que así se le pidió. Ya sea con atajadas con las manos o con los pies. El Sporting no encontró la manera de llegar a su arco y cuando lo hizo, se encontró con un guardameta que no quiere desperdiciar su oportunidad.

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