Por ser una “práctica supersticiosa” y contraria al mandamiento del “no robarás”, la Iglesia católica en México reprobó totalmente el culto al Santo Niño Huachicolero, el cual surgió en Puebla y ya empieza a extenderse entre los huachicoleros de otros estados del país, quienes a través de este santo buscan “protección divina” para sus actividades de robo de gasolina.
El sacerdote Hugo Valdemar, canónigo penitenciario de la arquidiócesis de México, señaló, tajante:
“La Iglesia católica censura totalmente el culto al Santo Niño Huachicolero, ya que es un práctica supersticiosa producto de la ignorancia y da la mala formación cristiana de las personas que lo veneran”.
En entrevista con Apro, Valdemar advirtió que con este culto empieza a crearse “una especie de patronazgo de la delincuencia, porque su trasfondo es creer que hay protección divina para hacer el mal, en este caso concreto para robar gasolina”.
Añadió, enfático:
“Para empezar, este culto atenta contra el mandamiento cristiano del ´no robarás´, un precepto básico en la Iglesia católica. Es también contrario a todas las leyes civiles, que prohíben el robo. … En fin, atenta contra el más elemental sentido ético”.
Valdemar consideró que el culto al Santo Niño Huachicolero es todavía “más grave” que el culto a la Santa Muerte o al delincuente sinaloense Jesús Malverde, pues en estos dos –con arraigo también entre la delincuencia—no son imágenes sagradas las que se veneran.
“Pero aquí ya estamos hablando de la veneración a una imagen sagrada: la de Jesús niño. Esto es gravísimo”, dijo.





