Nuevos enfrentamientos estallaron en Francia en las protestas contra la reforma de las pensiones del presidente liberal Emmanuel Macron, cuyo gobierno invitó a los sindicatos a una reunión la próxima semana tras rechazar un pedido de mediación inicial.
La participación fue de unas 740 mil personas, según las autoridades, y más de dos millones, según el sindicato CGT, en la décima jornada de protestas desde enero. Los sindicatos llamaron de nuevo a manifestarse el jueves 6 de abril.
Las centrales sindicales son la punta de lanza de la movilización contra el retraso de la edad de jubilación de 62 a 64 años para 2030, pero la decisión el 16 de marzo de Macron de aplicarla por decreto radicalizó las protestas.
Los disturbios e incidentes entre manifestantes y las fuerzas de seguridad continuaron en decenas de ciudades de Francia, de Lille a Toulouse, pasando por Rennes o Lyon, pero de menor intensidad.
El ministro de Interior, Gérald Darmanin, informó que 201 personas fueron detenidas y 175 policías y gendarmes resultaron heridos. El jueves pasado hubo 457 detenidos y 441 agentes heridos en todo el país.
Aunque el gobierno, que movilizó a 13 mil agentes, busca criminalizar las protestas y socavar el apoyo a estas, la actuación policial se encuentra en el punto de mira tras las críticas de asociaciones de derechos humanos e incluso del Consejo de Europa.