UNIVISION.- La comunidad de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) vivió este miércoles una pesadilla durante el par de horas que duró la emergencia por el tiroteo en el campus en el que fallecieron dos hombres, una situación que se vivió con angustia en las aulas donde muchos recordaron sucesos como el at
aque terrorista en San Bernardino.
El incidente resultó ser un homicidio-suicidio ocurrido en una pequeña oficina de la escuela de Ingeniería, cuyas causas aún no han trascendido.
Desde que entró en vigor la alerta policial poco antes de las 10 de la mañana, el campus se convirtió en una prisión tomada por centenares de agentes, equipos SWAT y de desactivación de explosivos, que peinaban la zona en busca de un posible atacante armado que nunca apareció.
Como parte del plan de emergencia, se avisó a los estudiantes y al personal educativo para que buscaran refugio y bloquearan los accesos a las estancias donde estuvieran. Algunos usaron cinturones, otros sillas o material estudio, luego permanecieron allí, escondidos pegados al teléfono sin saber muy bien qué estaba ocurriendo.





