“No paraba de pensar: ‘No me puedo creer que esté pasando esto. Esto no puede estar pasando’. Me está atacando un oso”, dijo Lee Ann Galante, de 55 años, el miércoles desde el Hospital General Allegheny, de Pittsburgh. “Pensé que se acababa, que iba a morir”.
Galante afirmó que antes del ataque, sus vecinos de Butler Township habían captado a una madre osa y a sus oseznos en las cámaras de su casa y que los animales se habían metido antes con su comedero para pájaros. Pero habían pasado semanas desde que los osos habían sido vistos, explicó Galante.

Galante estaba sola en casa con su querido pomenario Smokie, cuando salió con el perro de 2.5 kilogramos (8 libras). Relató que oyó a Smokie causar un alboroto, se asomó y vio la silueta de tres cachorros de oso de tamaño considerable en el árbol de un vecino.
Lo que vio a continuación fue aún más aterrador, según Galante.
“En la oscuridad, vi a un gran oso saltar por encima de la valla y allí estaba Smokie. Así que empecé a gritar: ‘Smokie, Smokie’”.
El oso se abalanzó sobre ella y la tiró de bruces contra el cemento.
“Me mordió tan fuerte en la nuca que pensé que me iba a arrancar el cuero cabelludo”, relató Galante.





