Mis adorados lectores, el 2015 ya es un hecho, recuerdo que a principios de los 90’s en algunas películas y series mostraban el año 2000 con gente vistiendo ropa plateada, con aros en el cuello y manejando autos voladores; es 2015 y lamento tanto que no sea así, sobre todo por lo de los aros en el cuello, es lo que mas llamaba mi atención, bueno eso y lo de andar en un coche volador.
Lo que si es una realidad, por cierto una muy cruda, fea y terrible, es que al dejar atrás cada año, tristemente dejamos también las buenas costumbres, los valores, la educación básica que los abuelos, de los abuelos, de los abuelos de nuestros abuelos le pasaron a nuestros padres y ellos a nosotros: el respeto a la mujer.
Y es que primero era el machismo, el tener sometida a la mujer, cuando no estaba embarazada, estaba cuidando a los 10 hijos y atendiendo la casa; y pobre si además de eso, todavía tenían granja que cuidar, ahí la mujer no tenía ni voz ni voto, se hacía lo que el hombre decía, es mas hasta los hijos pasaban por encima de ella, porque si ella les quería reprender, le respondían con: “le voy a decir a mi papá y ya verás…”.
Vinieron los golpes, con las manos, con los pies, con cosas que encontraba a su paso, luego llegó el maltrato sicológico, éste que duele y deja las peores marcas, maltratar a una persona con las palabras es aún mas grave, muchas de las ocasiones son insuperables las palabras tan dolorosas, pero sobre todo inolvidables.
Afortunadamente, poco tiempo después se hizo presente un movimiento para defender a la mujer y sus derechos, donde se gritaba fuerte y claro que los hombres y las mujeres eramos iguales y que por lo tanto los derechos y el respeto debe ser el mismo.
Con el paso del tiempo, todos cambiamos, de alguna forma para bien, pues como mujeres se nos ha dado el lugar por el que tanto peleamos tener, habemos muchas mujeres autosuficientes, cumplimos muchos roles en nuestra vida diaria, somos amas de casa (con esto somos “todólogas” todo lo sabemos, todo lo hacemos y si no lo inventamos), también somos profesionistas, nuestra opinión no solo cuenta, pesa y bastante porque somos mas.
Pero, hay un “pero” en la sopa, tanto que estuvieron muchas mujeres del ayer y de hoy peleando por nuestros derechos, mujeres no solo importantes, influyentes e inteligentes, luchando por lo justo, por el respeto hacia nuestro género, que da una tristeza enorme ver a muchas jovencitas degradandose y exponiendose de una forma tan corriente y vulgar por obtener la aceptación de los demás, por medio de fotografías con poca ropa o en posiciones muy sugestivas, dejando muy poco para la imaginación, logrando así que los hombres no le tengan respeto alguno, todo por conseguir popularidad.
Niñas de primaria y secundaria, diciendo palabras obscenas a todo pulmón saliendo de la escuela, a cuantas mas no hemos visto gritarles a los chamaquitos “papasito, estas bien bueno” (y eso por leerme decente, porque sabemos que gritan cosas peores), lanzandoseles muy urgidas por tener novio.
Que alguien explique dónde quedaron todos los valores que nos enseñaron? Los guardamos en un cajón? Que alguien explique dónde están las mamás de esas adolecentes? En qué están enfocandose a la hora de educarlas?.
Cómo podemos exigir las mujeres que llegue un hombre a nuestra vida, que nos ame, nos mime, sea romántico, detallista, inteligente, galán, que nos dé nuestro lugar, que nos valore y nos respete, si hablamos, nos comportamos y tratamos a los demás como “pelados de cantina”.
Somos madres de familia y todo esto es un círculo en el que todos estamos incluídos, tanto hombres como mujeres somos responsables de este comportamiento, debemos enseñar a nuestros hijos varones a respetar a la mujer, que a las niñas no se les pega, aún cuando ella les dé un golpe, que siempre que suceda esta situación acudan a nosotras o una persona mayor para que tome control del asunto, tenemos la obligación como madres de aconsejar a nuestros hijos para que sean dignos de llamarles caballeros, porque hombres son todos los del género masculino, pero caballeros son pocos. Que aprendan que las mujeres tienen las mismas posibilidades y los mismos derechos que ellos, que hay que tratarlas con respeto aún cuando se encuentren en un momento incómodo.
Y como mujeres que somos, enfoquemos nuestra energía, cuerpo y alma en enseñar a nuestras hijas a comportarse decentemente; hoy en día con el acceso a internet y las redes sociales, las muchachitas con tal de ser populares o llamar la atención de los demás, publican fotos sugestivas importandoles muy poco perder el respeto no solo de los hombres, perdiendo el valor que ellas mismas tenían de sí. Todo por obtener “likes”.
Eduquemos a nuestras hijas, aconsejemos a nietas, sobrinas o hijas de nuestras amigas, a valorarse como
mujeres, a quererse un poquito mas, a respetarse. La batalla ya la ganamos, estamos dentro del ramo laboral, tenemos voz y voto, somos mas, ya no somos la señora de la limpieza, no somos el adorno del marido solamente, no somos solo una fábrica de bebés, ya influimos en la toma de decisiones de la casa, del trabajo, del país.
Pero no seamos tontas, no dejemos perder todo lo ganado, tenemos en nosotras fomentar el valor del respeto a si mismas a nuestras hijas, hagamos de ellas, niñas inteligentes, decentes, honorables, influyentes, pero sobre todo respetables.
Mujeres que cuando caminen entre la multitud, resalten por su amor propio, por su imponente presencia, no por su vestimenta o actitud de llamar la atención de manera vulgar.
Porque el respeto se gana y si no empezamos por respetarnos nosotras, ya valió, nadie lo hará.





