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El corazón del cristiano camina sobre rosas

si está por completo bajo la cruz.

Martín Lutero

 

 Hoy se conmemora el Domingo de Resurrección o de Pascua, es el día en que Jesucristo resucita después de la crucifixión, va al encuentro con sus apóstoles y luego sube hacia los cielos, siendo este acto uno de los pilares mas fuertes de la FE cristiana, finalizando así la semana santa para los católicos.

 En amena plática, ya en confianza una amiga recién llegada a nuestra ciudad, inquieta me aborda con preguntas sobre la tradición de los “Huevos de Pascua o de la coneja”.

 Giran los recuerdos en torno a la niñez y adolescencia vividas en Sinaloa, mi madre y mi abuelo salían temprano para integrarse a la “Procesión del Encuentro”, donde un grupo de personas llevaban la imagen de la Virgen y otro grupo llevaba la imagen de Jesús resucitado, el encuentro era el símbolo de la alegría de ver vivo al Señor, regresaban e íbamos a misa en catedral, la cual permanecía sombría para dar paso a la ceremonia donde se encendía el cirio pascual que simboliza la Luz de Cristo Resucitado.

 Después, reunida toda la familia, la tradición apuntaba visitar la playa de Altata, reunirnos y convivir con familiares y amigos. Había mucha diversión y actividades, sin embargo en ese tiempo, en esa zona geográfica desconocíamos la tradición de los “Huevos de Pascua”. ¡Muchos años me la perdí!

 Hoy te digo Amiga, que esta tradición la viví, ¡me encanto! y la adopte cuando llegamos a esta frontera, tradición que durante los primeros años aquí en Matamoros llamaba mi atención; familias cercanas recolectaban y guardaban cascarones de huevo como reliquias, buen pretexto para después al acercarse la pascua convocarnos a familiares y amigos para pintarlos y decorarlos, convirtiéndose esta actividad en alegre convivencia entre niños y adultos, aprovechando para reflexionar y fortalecer nuestros valores espirituales como cristianos.

 Investigando esta tradición leí sobre varias leyendas, te comparto amiga y lector, la que más me gusta, la que conté muchas veces a mis hijos y a sus amigos cuando eran pequeños y hoy cuento a mis alumnos: El conejito blanco de los huevos de pascua

“Dice la leyenda que dentro de la cueva donde familiares y amigos sepultaron a Jesús, había un conejito de color blanco escondido, mas que asustado estaba muy impresionado, veía que toda la gente que entraba a la cueva lloraba y estaba muy triste porque Jesús había muerto.

El conejo se quedó dentro de la cueva cuando pusieron la piedra que cerraba la entrada, veía y veía el cuerpo de Jesús preguntándose quien sería ese Señor tan querido por todas las personas.

Inmóvil, seguía viéndolo, así pasó todo un día y toda una noche, de pronto, el conejo vio algo sorprendente: Jesús se levantó y dobló las sábanas con las que lo habían envuelto. Un ángel quitó la piedra que tapaba la entrada de la cueva y Jesús salió de la cueva ¡más vivo que nunca!

El conejito comprendió que Jesús era el ¡Hijo de Dios!, tenía que avisar a todas las personas que lloraban, que ya no tenían que estar tristes porque Jesús había resucitado. Como los conejos no pueden hablar, se le ocurrió llevar un mensaje de vida y alegría a través de un huevo pintado.

Desde entonces, cuenta la leyenda, que cada Domingo de PASCUA el conejito blanco deja huevos de colores en todas las casas para recordarnos que la RESURRECCION de Jesús significa renacer a la FE, renacer a la ESPERANZA, por un mundo donde prevalezcan la unión, la PAZ y los VALORES de todos los pueblos que lo conforman. ¡Felices Pascuas Estimado Lector!

 

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