Poco a poco declinan los ánimos del día festivo, se apagaron las celebraciones, los ¡Viva México!, los ¡Vivan los héroes que nos dieron Patria y Libertad! Como mexicanos tradicionalistas casi todos celebramos, en casa, con familia y amigos o sin importar la lluvia acudiendo a la plaza. Hoy solo queda la memoria fotográfica de los momentos vividos y lo que recordaran nuestros niños. Ayer me preocupo escuchar a varios pequeños de tan solo 8 años, entre otras cosas gritar: “Viva México Jodido”, nuestros niños victimas y testigos de una generación de adultos invadida de la apatía ganada a pulso por quienes nos gobiernan.
Sus palabras me recuerdan lo escuchado hace unos días: “Un niño es un vaso vacío, cuando nace no tiene rencores, no tiene religión, no tiene raza, no tiene nacionalidad, es un vaso vacío. De todos nosotros, depende de que vamos a llenar ese vaso, podemos elegir llenarlo de ternura, de amor, de comprensión, de valores o bien, lo podemos llenar de rencores de odio de adversidad, de venganza, para que después cuando ese vaso este lleno salga dispuesto edificar o a delinquir y asesinar. Si la vida ha puesto un niño cerca de ti escúlpelo, un niños es una escultura de Dios.
Y aprovecho hoy estimado lector para compartirte esta reflexión llamada carta de un niño: “Nací en la miseria, nunca conocí a mi padre, mi madre me dio lo único que podía darme algunas caricias y descargo en mí toda su frustración y malhumor; declaro algo que para mí sí es importante: – yo no decidí nacer. -Abandone siendo muy pequeño un cuarto que olía a orines, perfume barato y frijoles y me perdí en las calles de mi ciudad, ¿a eso llaman libertad? – desesperado por el hambre aprendí a pedir limosna y también a robar, no encontré otro camino para sobrevivir. – ¿acaso vivir así es libertad? – Sin darme cuenta encontré una fuente de alegría sin sentido; logre por un momento olvidar mi soledad y sin detenerme a pensar en lo que mañana pudiera suceder aprendí que mi hambre se podía olvidar, sí, encontré un compañero que me hacia cambiar mi realidad y a partir de ese momento la droga se convirtió en mi cómplice, además nadie podía decirme nada, pues por ahí escuche que yo tenia derecho a hacer lo que quisiera porque eso era libertad. – Un día, sentado a la orilla de la calle, observe a un niño ante un aparador de juguetes indeciso ante un muñeco que comprar, mientras que yo no tenia otra alternativa qué continuar mi camino con rencor, sin más distracción que mi soledad. Entonces estallo en mi interior un grito de ira y desesperación…!soy libre! – ¿Pero no encuentro un lugar para dormir? – ¿Que encontré otro camino para sobrevivir. – ¿acaso vivir así es libertad? – Sin darme cuenta encontré una fuente de alegría sin sentido; logre por un momento olvidar mi soledad y sin detenerme a pensar en lo que mañana pudiera suceder aprendí que mi hambre se podía olvidar, sí, encontré un compañero que me hacia cambiar mi realidad y a partir de ese momento la droga se convirtió en mi cómplice, además nadie podía decirme nada, pues por ahí escuche que yo tenia derecho a hacer lo que quisiera porque eso era libertad. – Un día, sentado a la orilla de la calle, observe a un niño ante un aparador de juguetes indeciso ante un muñeco que comprar, mientras que yo no tenia otra alternativa qué continuar mi camino con rencor, sin más distracción que mi soledad. Entonces estallo en mi interior un grito de ira y desesperación…!soy libre! – ¿Pero no encuentro un lugar para dormir? – ¿Que es para mí libertad? – ¿Elección o resignación?, ¿Presencia o Ausencia?, ¿Amor o rencor?, ¿Construir o destruir? , ¿Vivir o morir?
– Tú que hablas de realización te suplico que me des el conocimiento para aprender a vivir, para llegar a ser lo que debo ser, quiero entender mí realidad, buscar un porvenir, construir un sueño, alcanzar un futuro diferente, dame te suplico Educación y te prometo que aprenderé a usar ese don que Dios a mi también me entrego que se llama libertad. – Deseo ser libre para poder amar”. Firma… un niño que desea encontrar una razón para existir.
Y gran verdad es que para llenar de lo mejor esos vasos solo es con Educación en todos los ámbitos, sin olvidar que la primera educación inicia en casa, seamos ejemplo, cuidemos nuestras palabras, lo que expresamos de las personas o los gobiernos y sus gobernantes. La segunda educación se recibe en la escuela, corresponsabilidad del buen maestro es.
Hoy todos debemos convertirnos en maestros de vida y ejemplo a seguir, hacer que los pequeños y jóvenes que nos rodean vuelvan a soñar, sean optimistas, con determinación, con valores y alegría por la vida. ¡Buen día, que Tu semana siga excelente!
		




