El 2 de Noviembre, celebramos el “día de los fieles difuntos”, conmemorando con Altares de Muertos, combinación de la cultura prehispánica con la religión católica, dedicados con respeto y amor a los que ya emprendieron el viaje sin retorno. Noviembre es el mes del culto, origen y significado de nuestras tradiciones, hablamos de leyendas y panteones, festejamos con calaveras y catrinas.
Sin embargo en estas fechas se perciben la tristeza, y la nostalgia, pues muchas veces nos cuesta ver las fotografías de nuestros muertos ocupando un lugar en un altar, cuando lo que quisiéramos es verlos entre nuestros vivos. Y a pesar de lo que nos cuesta continuar el viaje cargando la ausencia del ser querido, la vida nos pide seguir y ser felices sin esa persona, pero… ¿Como podemos hacer esto? Pues conmemorando su paso por nuestra vida, honrando su memoria de la mejor manera posible, llenando esa ausencia con acciones que los hagan sentirse orgullosos de nosotros en donde estén.
La muerte es un proceso natural de la vida, tan cotidiano como el nacimiento de un nuevo ser; el problema está cuando nos toca de cerca, en ese momento atravesamos por una serie de sentimientos tales como fragilidad, vulnerabilidad y amargura, los cuales no estamos preparados para enfrentarlos y vivir con ellos; la mente reacciona de manera diferente cuando este trágico suceso llega a nuestras vidas, y entonces las reacciones son intensas, provocando cambios psicológicos, conductuales y emocionales que marcan la vida por lapsos variables.
Hoy en día las personas que sufren una perdida pueden ser tratadas por medio de la tanatología, palabra que significa “el estudio de la vida que incluye a la muerte” y su objetivo es brindar ayuda profesional a alguna persona con una enfermedad en etapa Terminal y a su familia. Ayudar a crear sistemas de creencias propios sobre la vida y la muerte, no como una fantasía o castigo sino como la aceptación de la muerte como un proceso natural.
Educar y Preparar a las personas para asumir su muerte o la de las personas cercanas en forma humana e inteligente.
Entender la dinámica de la pena desde un punto de vista humano, donde se acentúe la importancia de las emociones.
En tanatología no se usa la palabra superar, superar significa dejar atrás, una muerte no se supera se acepta. Es decir en el camino de la vida vamos juntó a muchas personas, en algún punto algunas tomaran diferentes caminos, esto nos dolerá en mayor o menor intensidad según el vinculo que nos una, sin embargo debemos continuar el camino asimilando lo mejor de la relación que teníamos con esa persona que nos ha dejado, cuando logramos esto hemos aceptado su partida.
La doctora Elizabeth Kübler-Ross, (especialista y llamada madre de la tanatología), concebía “la muerte como un pasaje hacia otra forma de vida”.
Los seres humanos tenemos la habilidad innata de establecer vínculos emocionales con otras personas, para satisfacer necesidades biológicas y psicológicas (protección, seguridad y afecto) cuando las perdemos pasamos por el proceso del duelo. El duelo es la reacción normal e inmediata después de la muerte de un ser querido, cada ser humano lo experimenta de diferentes formas e intensidad. Varía según la edad, el sexo, el vínculo afectivo, la fortaleza emocional y espiritual y hasta la cultura a la que pertenecemos.
Algunas estrategias para superar un duelo son: Aceptar sus sentimientos. Después de la muerte de alguien cercano, se puede experimentar todo tipo de emociones. Es normal aceptar que nos duele, sentir tristeza, rabia, frustración y hasta agotamiento. – Hable sobre la muerte del ser querido con amigos y colegas para poder comprender qué ha sucedido y recordar a su amigo o familiar. Negar que ocurrió la muerte lleva al aislamiento fácilmente y puede a la vez frustrar a las personas que forman su red de apoyo. – Cuídese usted y a su familia. Comer bien, hacer ejercicio y descansar le ayudará a superar cada día y a seguir adelante.
– Ayude a otras personas que también han tenido una pérdida. Al ayudar a los demás, se sentirá mejor usted también. – Compartir anécdotas sobre los difuntos puede ayudar a todos a combatir la ausencia. – Recuerde y celebre la vida de su ser querido. Enmarque fotos de momentos felices que vivieron juntos, ponga su nombre a un nuevo bebé o diseñe un jardín en su memoria.
La elección es suya — sólo usted sabe cuál es la forma más significativa para usted mismo de honrar esa relación única. “El dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional”.





