John Lennon decía: “vivir es fácil con los ojos cerrados ignorando todo aquello que no podemos ver” y esta frase se adepta de una manera inconcebible al Gobernador del Estado de Veracruz Javier Duarte, que, a pocos días del inicio de los Juegos Centroamericanos 2014 anuncio que se hablara de “robo de frutsis y pingüinos en las tiendas de las dos xx en rojo con amarillo”. Dijo: “¿Por qué no hablamos de cosas positivas? Creo que en ese sentido si nos aliamos todos, nos va a ir mejor como sociedad”. Cuando en dicho estado las fuerzas armadas han desmantelado tres campos de adiestramiento y encontrado ocho cementerios clandestinos, de los cuales se han conseguido exhumar más de 83 cadáveres con huellas de tortura. Imaginen ustedes que hablemos de cosas buenas en Matamoros, rechazando que el solo hecho de conducir es una carrera digno da la Formula 1 porque por un lado tenemos los gigantescos baches que parece que fueron los que ocasionaron la extensión de los dinosaurios y por el otro las camionetas van repletas de jovencitos menores de edad vendiendo hidrocarburos hurtados. No podemos evitar o hacer como si no existiera el secuestro a señoritas menores de 20 años, las matanzas a los médicos en la región, las estafas a los comercios por el crimen organizado, los puntos de venta de narcóticos en las esquinas y el abuso de las autoridades frente a los coches de procedencia extranjera. Señores políticos esto no es el país de las maravillas, esto no es el “país de nunca jamás”, esto no es el “había una vez en un reino muy lejano”; esta es la cruel realidad del día a día de 1, 10, de 10 millones de mexicanos en un mundo donde lo único que no se aplica es la ley y el sentido común, donde la burocracia de unos cuantos lobos en el poder tiene temblando a las ovejas, este es un mundo donde trabajamos, estudiamos, nos desarrollamos y sobrevivimos con la duda de que otra tragedia atacara a Matamoros mañana.
