Muchas imaginamos a nuestra corta edad de 5 años con ser artista, cantábamos canciones a todo pulmón por toda la casa, ser una gran doctora y curar los dolores de nuestra abuelita, soñamos también con ser astronauta y viajar al espacio y traernos un pedacito de la luna, podemos asegurar que a mas de una le pasó por la mente ser maestra o incluso que descubriríamos al primer unicornio, soñamos muchas ocasiones con conquistar la punta de una montaña, mientras que en la realidad lo que pisábamos era un montoncito de tierra y nos sentíamos en la selva cuando pasábamos entre los arboles de un terreno olvidado.
Cuantas veces escuchamos a niños decir que quieren ser bomberos, apagar el fuego de algún edificio; algunos otros sueñan con ser policías y atrapar ladrones para que paguen por sus crímenes, otros quieren ser futbolistas.
Seamos honestas, también hubo muchas ocasiones en nuestra infancia que comentamos a papá y mamá nuestros anhelos de lo que queríamos ser de grandes y hubo algunas  veces que escuchamos una respuesta negativa a nuestra decisión, “cómo se te ocurre que vas a ser cantante, ellos son unos vagos, eso no es una carrera…” “Inventora, estas loca, y por mientras de qué la vas a vivir? De aire; “futbolista, quién te va a patrocinar, tienes talento como para serlo?, Del futbol no se vive para siempre…” “Deja de pensar tonterías y busca una profesión de provecho”, “no mijito, tu no vas a ser policía, así como esta la inseguridad, me vas a tener con el Jesús en la boca”.
Hay madres y padres también que les quieren introducir el chip a fuerza a los niños de que serán como su padre, que seguirán con el legado o profesión que su papá ejerce, al pobre niño le dejan caer un título que quizá ni quiera, ni le guste y que obviamente ni disfrute, hay otras peores que dejan salir sus frustraciones y que a como dé lugar quieren que la niña destaque en su sueño frustrado de ser una gran bailarina de ballet o triunfe como modelo, dejando de lado lo que la pequeña sienta; por muy pequeñas e insignificantes que sean pero son sus ilusiones.
Como madres, tenemos la responsabilidad de guiarlos por el buen camino, sin embargo, lo que nosotros consideremos una buena carrera, por muy prometedora y fructífera que parezca en ese momento de la vida de nuestros pequeños, no significa que la tengan que estudiar en un futuro; como madres queremos lo mejor para ellos y muchas deseamos ver a nuestros críos ya adultos vestidos de traje dirigiendo una gran compañía o a nuestras hijas muy profesionales con el título en mano en una super empresa.
El punto aquí es que ahorita son pequeños los niños, dejemos que vuelen alto, que sus aspiraciones viajen mas allá del infinito y que sueñen ser lo que en ese momento les genere mucha diversión y placer.
Cuando canten a todo pulmón su canción favorita, cuando bailen con pasión y no escuchemos la música, cuando corran tras un balón en el patio trasero de la casa, cuando construyan un castillo con arena en la playa o una casa de cartón en la sala, dejémoslos ser, dejemos que descubran sus capacidades, que empiecen a conocer sus aptitudes, para que si son buenos y para que no lo son.
Vamos a sentarnos con ellos y preguntarles que es lo que les gusta, que es lo que quieren practicar, nos sorprenderemos con su respuesta, hagamos lo posible por que practiquen lo que ellos en ese momento les interesa, dejemos que solos descubran lo que realmente les apasiona, tomemos sus manitas y preguntemos si quieren seguir ahí y destacar, o experimentar otra disciplina o descubrir otro talento escondido.
Pero…
no seamos crueles, no destruyamos sus ilusiones, no bajemos su autoestima, no les digamos:  “no puedes”, “eso no es para ti, tú eres niña las niñas no juegan con la pelota”, “tú eres niño, los niños no bailan”, “eres malísimo para el beisbol, te voy a sacar del equipo”, “ay mijita es que no estas tan bonita para ser modelo”;  no quebremos sus aspiraciones; algunas de las profesiones que idealizan hoy en poco tiempo desaparecerán por sí solas, descubrirán conforme pase el tiempo y vayan creciendo para que son buenos, incluso de adultos seguirán descubriendo talentos que les podría dar un giro a su vida y profesión, les puede llegar a suceder que estudien para una licenciatura pero destaquen en algo completamente diferente.
No cortemos sus alas, dejemos que vuelen con su imaginación, aportemos a su imaginación ahorita que son niños, llegará la edad en que sientan la seguridad de decirnos a que se quieran dedicar, incluso algunos pedirán nuestra opinión sobre su carrera, pero recordemos es opinión, quienes van a decidir, estudiar, trabajar y disfrutar de esa elección que hicieron sobre su carrera son ellos.
		




