…en cada país, en cada ciudad, en cada rincón del mundo,vive una mujer
que es la representante de tiempos futuros. Gibrán Jalil
Llego el mes de marzo y con el, la celebración del día internacional de la mujer, testigos seremos de felicitaciones, festejos y reconocimientos por todos lados, a través de todos los medios de comunicación, incluyendo a las redes sociales.
Hace un año tuve la fortuna de escuchar la conferencia que impartió la Dra. Denise Dresser, digo fortuna porque muchas mujeres, a pesar de “ser nuestro día”, tuvieron que trabajar. Recuerdo que ella nos pidió “salir” del recinto para encontrarnos al país en el que vivimos, un país con millones de mexicanas que se levantan al alba, a prender la estufa, preparar el desayuno, a planchar los pantalones, remojar el arroz, a correr detrás del camión, salir a trabajar donde se pueda y se les pague por hacerlo.
Mi imaginación no pudo vislumbrar “el país de uno”, sino a Matamoros, la ciudad de uno, la ciudad donde vivo, con tristeza recordé un “twitt” subido por la reconocida periodista Julia Leduc, donde leía: “hasta tres mil mujeres se podrían forman en las afueras del sindicato de jornaleros para obtener un empleo en las maquiladoras”, ¡tres mil mujeres más! Unidas a las muchas que ya duermen poco y cargan con mucho, que son jefas de familia y mantienen hogares con sueldos mínimos, que tardan horas en trasladarse a sus trabajos y al regresar del trabajo después de un largo día, el esposo o su pareja las golpea o las recibe con insultos, mujeres que se tragan sus lagrimas, prevalecen en silencio, con su autoestima hecha añicos.
En el país y la ciudad de uno, la violencia es una constante en la vida femenina, desde amas de casa y obreras hasta profesionistas, sin importar edad, raza, estatus social o religión. En el mundo una de cada tres mujeres sufre violencia física y psicológica, es violada, explotada
sexualmente, vendida y silenciada sólo por el hecho de ser mujer.
En México alrededor de seis mujeres son asesinadas al día, el 38% son víctimas de su esposo o pareja actual.
En México y la ciudad de uno, las situaciones de violencia contra las mujeres se dan en todos los estratos sociales y niveles profesionales y pocas veces son denunciadas, por miedo al agresor, por ignorancia, por “vergüenza al que dirán”, porque las mujeres desconocemos las leyes, ignoramos que: “cada vez que el esposo o pareja nos violente física, sexual, psicológica o verbalmente, debemos ir al ministerio publico a levantar un acta, para dejar testimonio del maltrato vivido”, para luego esperar a ver si las autoridades proceden… ¡Por Dios!
La clave es empoderar a las mujeres, de empoderar a las generaciones de mujeres que vienen detrás, de borrar de México y de la ciudad de uno qué el ser mujer entrañe solo 7 años de escolaridad promedio y 30% de probabilidades de tener un hijo antes de los 18 años, borrar de la industria laboral que las mujeres sean discriminadas y ganen de un 16% hasta un 35% menos que un hombre en el mismo puesto, además de considerarlas de “riesgo” porque pueden embarazarse o son madres de familia.
Sé que no existe fórmula para el éxito, sino Educación, trabajo y objetivos en equilibro personal para lograr victorias. Convencida de que la clave del éxito es empoderar a nuestras mujeres desde pequeñas en el área intelectual, espiritual, emocional, física, competitiva y sexual.
Busquemos cambiar nuestra actitud, digamos adiós a la melancolía, al desánimo que desea arrebatarnos nuestros sueños, perdonemos y agradezcamos cada nuevo amanecer. Que Marzo nos sirva para ser más felices, sonreír más, amar con entrega agradeciendo a Dios y a la vida todo lo que tenemos… ! Felicidades a Todas, en el Día Internacional de la Mujer!





