Todos los que conducimos por la Avenida Periférico en 6 diferentes horas pico 7 am, 8 am, 9 am, 1 pm, 2 pm y 3 pm nos hemos topado con un mismo fuerte y congestionado problema de trafico: la salida de los estudiantes de la Escuela Oralia Guerra de Villareal. Vemos a las madres de familia apuradas por recoger a sus hijos de las diferentes áreas cursantes de esta institución estacionadas en no una, ni dos, ni tres filas y peor aún con sus ostentosas camionetas o sus lujosos coches bloqueando los únicos dos carriles que quedan para el tránsito.
No obstante, después de que obstruyen acceso de tan concurrida vía en tan complicado horario bajan proyectos, material, loncheras, mochilas y se indignan y sacan unas palabras de poca clase si uno tiene la osadía de tocar el claxon.
Señoras, no solo ustedes llegan tarde al trabajo y no solo ustedes tienen problemas para moverse con libertad por las calles de Matamoros ¡todos los tenemos! Y esta cultura no es solo de esta Escuela, es de cada una de las academias públicas y privadas de esta ciudad. Sin embargo, es esta la que causa un problema mayor por la localización. Es cierto, hay ahí unas educadoras tratando de organizar el acopio de los colegiales pero estas hacen caso omiso a las indicaciones de estas. ¿Qué tipo de conducta vial le están enseñando a sus hijos? ¿Qué respeto por el tiempo ajeno, por el valor del daño a terceros, por el cumplimiento de llegar a tiempo a sus áreas de trabajo? ¿Qué mérito civil están teniendo al discutir verbalmente con otros conductores? Es bueno que tengan una introspección y esto no excluye a los directores de todas las escuelas.
Esto es un trabajo totalmente integral: a las madres aprendiendo a respetar, a los dirigentes sobre organizar e implementar tácticas que faciliten el flujo del tráfico y a los agentes de tránsito local para que multen por la obstrucción de la circulación y por qué empleen un adiestramiento en escuelas para padres del respeto a la conducción. Señores, tienen mucho trabajo por hacer y sobre todo por aprender.





