Entramos a la habitación de nuestros hijos, la vemos y parece que explotó una bomba atómica, juguetes por todos lados, es mas parece que están acomodados estratégicamente en el piso para tropezar con ellos; no sabemos si reír o llorar, pues anteriormente estuvimos limpiando la casa de “pe a pa” para que en menos de lo que nosotros les decimos: “no quiero que hagan desorden”, ellos ya lo hicieron.
Y es que no hay problema con que jueguen con sus juguetes y agarren sus cosas, pues para eso son, para eso se los dimos, el problema es que cuando terminen de usarlos, los pongan en el lugar de donde los agarraron; y es ahí donde empieza la odisea entre nosotras y ellos:
“Mira todo este tiradero que tienes, que barbara, levanta tus muñecas…”, “Qué hace la pelota en el comedor?, ponla en su lugar…”, “Porqué no haz recogido tus juguetes, qué piensas que siempre voy a estar a tu servicio?…”; Debemos aceptarlo, en ocasiones nos ponemos muy creativas a la hora de regañar, pero todo va bien, son muy pequeños y muy pronto entenderán que su labor es recoger sus juguetes después de jugar con ellos, todo es cuestión de que seamos insistentes cada vez que se presente esta situación, porque ellos fácil contestan: “no”, “ahorita”, “tú recogelos”, o simplemente  nos ignoran.
Podemos dejarlo pasar, podemos recoger su desorden, no hay ningún problema, después de recoger y limpiar toda la casa, qué tanto tiempo nos pueda llevar levantar todos sus juguetes?, el problema viene después cuando están un poco mas grandes, cuando su responsabilidad ya no son solo los juguetes, son la escuela y otras actividades que ya puede manejar y hacer.
Por ejemplo, después de que lavamos su ropa, podemos enseñarles a doblarla y guardarla (sí, leyeron bien, no están agarrando fuego, es ropa) y aunque nos lleve tiempo enseñarles, aprenderán, recordemos que son muy inteligentes. Otras actividades que pueden realizar nuestras crías, es ayudarnos a levantar basura en el patio, a que intenten lavar su plato (obviamente con nuestra supervisión), a limpiar y ordenar su cuarto, a limpiar sus zapatos;  y es que nos vamos a topar con las frases: “ay mami, estoy cansado”, “es bastanteeeee”, “que flojera levantar los juguetes”, “porqué yooooo?”, “Al rato los levanto, al rato lo hago” y así le podemos seguir porque frases sobran.
Como no recordar nuestros ayeres cuando eramos pequeños y mamá nos pedía algo, o nos mandaba hacer algo y obedecíamos como bala, porque después del segundo “vooooy” que en aquél entonces aplicábamos, ya venía nuestra madre con un mega regaño y para otras que tenían mamás mas estrictas les tocaba golpe seguro, es que las mamis, nuestras madres, son de las buenas, de esas que ya nada mas quedan ellas, son una especie en extinción, ellas desde muy pequeñas ya sabían lo que era recoger su ropa, lavarla, tenderla (porque antes no había secadora), doblarla, guardarla, hacer de comer, ir a la escuela, regresaban y ayudaban con la barrida la trapeada y la sacudida de la casa, en aquél entonces, no había tiempo de andar pensando en “la inmortalidad del cangrejo”, ahí le entrabas al que hacer o le entrabas, no había de otra. Para las mamis que eran de rancho, se les agrega, darle de comer a los animales e irse a la parcela a ayudar en lo que les dijeran, regresar y hacer tarea de la escuela y solo quedaba tiempo para bañarse y dormir (nada mas de escribirlo me cansé), todo esto a muy pero muy corta edad, con nosotras fue mas ligero el asunto, no pasamos por muchas cosas de estas, nuestras mamis a pesar de su cansancio, nos daban algunas de las tareas que se menciona arriba, que son pequeñas responsabilidades, pero no por eso, menos importantes.
Nuestros hijos son extremadamente inteligentes, hábiles y muy capaces, ellos pueden con tareas como ayudar a sacar la basura, doblar y guardar su ropa, recoger su cuarto, darle de comer al cachorro, lustrando sus zapatos, limpiando ventanas o puertas, unos ya pueden y saben preparar un sandwich, todo está en que nosotras como sus mamás les empecemos a inculcar la responsabilidad, la iniciativa, formemos personas pro-activas; no mal interpretemos, tuvimos hijos porque quisimos no para que fueran nuestros criados, tampoco abusemos de nuestro papel, pero nosotras tampoco somos sus sirvientes fieles que siempre vamos a limpiar, recoger y rehacer lo que nuestros hijos usen o destruyan; deben de aprender por medio de nosotras, que todos los integrantes de la familia tenemos la responsabilidad de apoyar en las labores de la casa, pero si se tiene iniciativa para hacerlo, pues que mejor, no?
Esto no nada garantiza que nuestros hijos cuando crezcan serán los mas responsables, pulcros y demás, porque crecerán y su entorno también influirá muchísimo, nuestra gran responsabilidad es formarlos día a día, para que se les quede grabado poco, mucho o todo lo que con mucho amor y empeño les inculcamos.
Debo confesarlo queridas lectoras, esta frase me la repetía mi madre hermosa casi a diario, yo sinceramente pensé que exageraba cuando la mencionaba, pues cuando le respondía con un “ay mami, ya me cansé”, ella siempre me respondió: “mmm, mija yo a tu edad volaba, no caminaba, volaba…” (Muy chiquita, pensé que mi mamá si volaba en serio) pero hoy que soy mamá de dos, entiendo a que se refería y hasta el fin de mis días se lo voy a agradecer, por exigirme, por no cansarse al repetirme las cosas una y otra vez.
		




