Para las que experimentamos ese momento donde nos entregan nuestro tan anhelado título universitario, ese papel que especifica que concluimos con éxito nuestros estudios, es lo máximo (a poco no?), Sentir ese orgullo de que valió la pena cada desvelada estudiando o haciendo los trabajos escolares, las levantadas temprano para ir a la universidad; no hay mayor felicidad que poner ese papel en las manos trabajadas, rasposas y cansadas de nuestros padres, ese gozo de recibir el abrazo mas sincero, orgulloso pero sobretodo agradecido de nuestros amados padres (cuando nosotras somos las que estamos realmente agradecidas por su esfuerzo y confianza absoluta). Un día memorable.
Un momento inolvidable, hermoso y romántico fue el día que nos unimos en matrimonio con nuestros esposos, a poco no? (Si no es así, no contesten, así dejenlo) tanto planificar la boda como los preparativos para que ese día fuera especial, mágico. Nuestra presentación como esposos, nuestro primer baile, el brindis, los juegos tradicionales de bodas, en fin, una lista de rituales que se hacen ese día y todo para que en nuestra mente quedará grabado como el día mas feliz de nuestra vida.
Pero cuando nos enteramos que seríamos mamis de los que ahora son nuestros hijos, nos llenamos de gozo y alegría al saberlo; empezamos a imaginarnos sus facciones y eso nos hacía sentir mucha felicidad; ni se diga el día en que nacieron, después de largas horas de dolores implacables y contracciones cada vez mas fuertes y contundentes, de esperar el momento en que diéramos a luz a esas personitas maravillosas que tenemos por hijos, podríamos llamarlo el día mas feliz de nuestra existencia.
Crecen nuestros críos, siguen y seguirán siendo nuestra adoración, la fuente inagotable de nuestra felicidad, pues les festejamos cada acción, cada detalle o situación en la que ellos son protagonistas.
Inolvidable el día que por primera vez dijeron “mamá”, sus primeros pasos, su primer día en el kinder, su primer festival, nuestro primer día de las madres; que barbaridad, tantas fechas importantísimas, no sabemos cual de todos es el mas feliz de nuestras vidas.
En la actualidad es muy común ver a personas que presumen de ser felices, pues leemos a cada momento en su blog personal de “X” red social que están felices, que si porque tienen al mejor marido, a los hijos mas brillantes de toda la escuela, que si porque son excelentes madres, magníficas cocineras, por tener a la mejor familia del mundo, por su gran empleo, porque salieron de vacaciones, en fin, hay muchas frases que comparten en su blog de mucha gente siendo feliz por distintas razones; otras por otro lado, comparten también frases que hablan o explican la felicidad por medio de escritores, filósofos y famosos del espectáculo.
Hay quienes dicen que la persona que presume de ser feliz, es la que mas infeliz es, (puede ser que un amargado o infeliz lo dijo, no sabemos); lo que está en cuestión es: qué nos hace felices realmente? De qué depende nuestra felicidad? No mal interpretemos las preguntas antes de tiempo. Salen a relucir porque el día (ojala y no suceda jamás) que nuestros hijos no nos entreguen buenas calificaciones, dejaremos de ser felices?, El día que discutamos con nuestros maridos, se acabará nuestra felicidad?, El momento en que nos digan que no somos buenas madres, se acabará todo? Seremos infelices?.
Aprendamos a valorarnos como personas, lo que somos, lo que hacemos, lo que gozamos, lo que amamos de nosotras, que nuestra felicidad no dependa de personas, ni mucho menos de cosas materiales; es importantísima la familia para vivir en un entorno saludable y armonioso, pero que no sea la fuente de nuestra felicidad (nuevamente no mal interpreten), nosotras tenemos que ser nuestra propia fuente de felicidad, que brote de nosotras, ser feliz es cuestión de actitud, de levantarnos cada día, de verle otra cara a los problemas que tengamos en ese momento, de enfrentarlos con valentía y seguridad, esa seguridad que da estar felices; porque cuando estamos felices (y no mientan) sentimos que lo merecemos todo, que lo podemos todo, sacamos fuerzas no se sabe de donde y seguimos sin detenernos, somos indestructibles, porque en esos momentos de felicidad, no queremos que nada ni nadie nos los quite, a poco no? Que nadie nos amargue en pocas palabras.
Seamos felices por decisión, es mas fácil y no se necesitan motivos para estarlo, en cambio para estar tristes, enojadas, amargadas o encabritadas si necesitamos motivos; parte de ser feliz o estar feliz es ser amables, regalar una sonrisa a la persona que nos atiende o vemos en el camino, incluso a las mujeres que vemos, porque seamos honestas a veces nos ponemos mala cara entre nosotras (pues que tenemos en la cabeza chimpiotes?), Saludar con cortesía, ceder el paso a los peatones, hacer nuestra obra del día (aunque sea pequeña, pero da una gran felicidad, comprobado), cuando nos veamos al espejo vamos a ponernos buena cara, pero esa que se nota desde adentro, vamos a regalarnos amor, si tenemos problemas internos, vamos a darnos un día para nosotras y arreglemos todo no dejemos nada pendiente, para después dedicarnos a ser felices, simples mortales pero muy felices.
Seamos felices porque sí y ya.
Anotemos: es mejor tener arrugas a lado de los ojos, pues suelen ser sinónimo de tanto reír y ser feliz, que tener arrugas en la frente y nariz, pues también son sinónimo de amargura y enojo.
