Y si no soy feliz, qué pasa?

 Yo creo que tenemos un exceso de pensamiento mágica pendejo – Odin Dupeyron

Nos levantamos muy temprano y mientras nos arreglamos prendemos la televisión o la radio y es inevitable escuchar frases como: “ánimo, hoy es un buen día  para sonreír”, “arriba ese entusiasmo, que nada ni nadie te quite ese buen humor”, “hoy puedes ser mas feliz que ayer”.
Entramos a las redes sociales y llueven frases e imágenes a favor de la felicidad y no falta el contacto que todos los santos días es super feliz, es mas, hoy es mas feliz que ayer. Nos deja pensando si esta persona realmente será tan feliz como lo publica o será puro cuento; eso si, no se confundan mis adorados lectores, una cosa es ser feliz y otra es ser positivos en la vida.

Aclaremos ser feliz es tener al tope las emociones positivas por acontecimientos super especiales, porque seremos padres, nos casaremos, porque sacaron excelentes calificaciones los niños en la escuela, porque ya hacen pipi en la nica,  se les safó su primer diente, aprendieron a leer, porque nos ascendieron en el trabajo, nos dijo que sí la persona que amamos, porque nose son ejemplos.

Y ser positivos es completamente diferente a estar felices; se puede ponchar una llanta del coche, podemos tener broncas en el trabajo con el jefe o con los compañeros, podemos tener diferencias en nuestro matrimonio, se nos puede pegar el arroz, quemar los frijoles o habernos peleado con la familia, pero eso no nos quita que nuestra mente esté pensando en solucionar las situaciones, que piense en que no es el fin del mundo, que hay mas después de esta mala situación, que podemos sacar algo bueno de lo sucedido.

Debo ser feliz? Claro, si así lo deseamos, debemos ser felices por propia voluntad, no por imposición de alguien mas, o porque mi vecina es feliz yo tengo que serlo, es mas tengo que ser mas feliz que ella para que vea que si se puede conseguir mas felicidad. No lectores míos, así no funciona, la felicidad se debe sentir, de saborear, de palpar, la felicidad es tan autentica que no se parece a la de ninguna otra persona.

Dice Dupeyron que nos hagamos preguntas: Preguntate, conocete; por ejemplo, quiero estar aquí?, Me gusta mi trabajo?, Estoy educando bien a mis hijos?, Este es el camino para llegar a mis objetivos?, Soy la persona que soñé ser?, Voy bien o me regreso?. En fin, miles de preguntas, pero todas con un fin, saber si donde estamos, lo que hacemos y lo que vivimos, es o por lo menos se acerca a lo que queremos.

En columnas anteriores hemos tocado el tema de la felicidad y coincidimos prácticamente en todo; debemos como padres empezar a educar a nuestros hijos a ser positivos, trabajadores, explicarles que la felicidad no depende de nadie, ni mucho menos que va a llegar por arte de magia, la felicidad es un sentimiento que llega después de una acción (normalmente son acciones buenas), en este mundo tan crudo, tan vil, cruel y casi siempre negativo, formemos a nuestros hijos con mentalidad positiva, alimentemos sus ser de letras nutritivas, de acciones repletas de bondad y gratitud, dejemos también que experimenten que no pasa nada si no se es el primero en algo (esta parte no se mal interprete, no tiene nada que ver con el conformismo), que sea feliz con lo que tiene y que si desea mas, que tiene que ponerle el doble de ganas para conseguirlo.

Tengo una misión, estoy angustiado porque no se cual es mi misión. La incógnita de todos, nuestra única misión en este planeta, al que hemos venido, es a vivir, nadamas, no le busquemos donde no hay; tenemos una sola vida y no sabemos si durará 100, 50 años o solo hasta mañana, pero lo que dure, hay que vivirlo como queramos, si hoy queremos gritar, pues alcemos la voz y si mañana queremos desconectarnos del mundo y tirarnos en la cama a llorar o a dormir, pues es igual de válido.

Solo una cosa, un pequeño favor queridos lectores; seamos amables con el resto de los seres vivientes, ellos no tienen la culpa de nuestra felicidad, de nuestro mal genio, de la tristeza, de lo que nos suceda en este momento; un saludo cordial (o si les parece una simple sonrisa, pues bueno) no nos quita nada, al contrario.

Deja de decretar, deja de pedir, para el trasero y ve a luchar por lo que te mereces en la vida – Odin Dupeyron