A diferencia de años anteriores cuando la marcha Matamoros se viste de arcoíris convocaba a cientos de integrantes de la comunidad lésbico-gay, en esta ocasión la movilización apenas convocó a unas decenas y estuvo en peligro de no concretarse.
Así lo confirma su organizador Francisco de la Rosa, de la agrupación Nueva VHida y quien se dolió de la falta de apoyo local.
«Se tardaron mucho para confírmanos el apoyo, pero por fortuna ya está ahí Protección Civil y al Policía Vial para auxiliarnos y protegernos».
En las afueras del estadio municipal Felipe «Brazo Fuerte» Leal la comunidad homosexual fronteriza se congregó para pedir respeto a sus derechos y pronunciarse contra la discriminación que todavía sufren.
«Esto es para elevar un mensaje que necesitamos la aceptación y el reconocimiento de la sociedad, que nos respete y por eso vamos a desfilar junto con nuestras familias».
Se trata de la cuarta marcha de este tipo, pero que en lugar de celebrarse en el primer cuadro de la ciudad se trasladó al sur, por los rumbos de la avenida del Niño donde se observó a rubias voluptuosas, pelucas rosas, barbudos en botas, trajes de red y zapatos de 12 centímetros de altura, también hombres disfrazados de La Dueña y hasta de Frida Kalho.
Pasaban las 6 de la tarde cuando el contingente tomó su camino y hacia el sur se trasladó un promedio de 15 cuadras, entre chiflidos y piropos subidos de tono, llegó al salón de fiestas Aqua Coco, donde con música de mariachi fueron recibidos para continuar la fiesta hasta la medianoche.
