Como si no fuera suficiente el haber sido impuesto como candidato, por encima de otros personajes con mayor trayectoria y popularidad dentro del PRI  que tienen años esperando esa oportunidad, Juan Carlos Cordova Espinoza se revelo antes de la campaña como un golpeador de mujeres y y ahora como un explotador de niños.

13101005_1379913755367773_1127695963_nY es que el candidato del PRI en el Distrito XII que se da baños de pueblo cargando un tambo de basura o trepándose a una moto de abonero, muestra su índole empresarial, al solo proteger sus intereses y usar a las personas sin importarle sin son menores de edad.

De esta manera y cuando obligado por la falta de popularidad se hace acompañar de su familia en los recorridos de campaña por el Distrito XII, no duda en proteger de los efectos del clima a su esposa e hijos, a quienes les pide usar camisas claras de manga larga para evitar los efectos del sol, así como bloqueador y gorras para cubrirse del clima agresivo.

Por las calles tierrosas de Matamoros, los Cordova avanzan, blancos como pambazos, asemejan aparecidos a los que la gente no conoce  y una avanzada tricolor intenta hacer cercanos, son hombres, mujeres y hasta niños que exponen el físico para que la gente de las colonias pueda conocer al candidato.

Durante el recorrido por la colonia 20 de noviembre, llamo la atención una pequeña tamborilera, que  nadando dentro de la camiseta de Cordova daba muestras de cansancio, arrastrando los pies dentro de los viejos y rotos tenis, sin que nadie, muchos menos el candidato o su estirada familia domiciliada en Brownsville, se apiadara de sus circunstancias.

Totalmente desforzada, apenas sonando el tambor con unos palos de madera, la pequeña pisaba las calcomonias de Cordova Contigo, a su paso cansado.

 

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