VANGUARDIA.- Los Juegos Olímpicos de Río 2016 llegarán a su fin este domingo con una fiesta que tendrá como bandera la alegría típica brasileña y un objetivo: «Lavar el alma de todo el mundo».

1202130Así lo definieron los organizadores de la ceremonia de clausura que tendrá lugar en el mítico estadio Maracaná, escenario en el que se apagará la llama de los primeros Juegos Olímpicos celebrados en Sudamérica.

“Será una fiesta para lavar el alma de todo el mundo. Para el que trabajó, ganó medallas, el voluntario que se quedó en una esquina orientando a las personas sobre cómo llegar a la estación de tren, hasta (Usain) Bolt o (Michael) Phelps”, dijo el director de ceremonias del comité organizador de Río 2016, Leonardo Caetano.

“Lavar el alma” significa mucho si se considera el contexto en que se realizó la cita: Brasil hundido en recesión económica, sacudido por turbulencias políticas y con problemas de organización y seguridad que generaron quejas y malestares.

Pero también demostrando, como ya había ocurrido durante la organización del Mundial de Brasil 2014, que a último momento, a las apuradas y tal vez lejos de la excelencia, el gigante sudamericano “da um jeito” (encuentra la manera) y supera obstáculos que por momentos parecieron insalvables. Y acaba deslumbrando más de lo que enoja.

Por eso, el buque insignia de la ceremonia de clausura de estos Juegos “latinos” que se disputaron al ritmo de los contrastes sociales del país anfitrión será un homenaje, precisamente, “a la cultura y la manera brasileñas de hacer (las cosas)”, dijo Caetano.

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