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Compleja y difícil es la situación que tendrá que enfrentar LIDYA MADERO GARCÍA, secretaria de Salud en Tamaulipas, para reorientar a una dependencia en la que las inercias y rezagos, vienen de tiempo atrás.

Estamos hablando de un ente en el que laboran unas 15 mil personas, entre eventuales, de base y de confianza, repartidos en le entidad y bajo el mando de 12 jefes de jurisdicciones y la administración central.

Para empezar, todavía no se da seguridad laboral al menos a dos mil empleados, los cuales ya cumplen con el requisito de tener una antigüedad de una año o más, acorde a lo establecido en la ley.

Ello originó, en el pasado reciente, protestas por parte de los afectados y seguramente continuará esa presión en el gobierno que inicia, hasta que se satisfagan las peticiones de los demandantes.

Y la situación no es fácil si consideramos los recortes que se operan desde la Secretaría de Hacienda.

De manera que ahí esta el primer gran reto para la dama que tiene en su haber amplia experiencia en las lides políticas, legislativas y en la función pública.

A MADERO GARCÍA se le envió a salud a fin de que mueva la estructura existente y la articule para el logro de los propósitos trazados por el mandatario estatal, FRANCISCO GARCÍA CABEZA DE VACA.

Por lo pronto ya se plantó en diversas áreas para saludar y conversar, brevemente, con cada uno de los empelados y quienes todavía están en cargos en espera de lo que se determine.

El lunes estuvo en la Subsecretaría de Administración y Finanzas; el martes hizo lo propio en Planeación y Vinculación Social; se supone que miércoles se apersonó en la Comisión Estatal para la Prevención en Contra de Riesgos Sanitarios (Coepris) y el Hospital Civil. Ayer le toco a la Subsecretaría de Calidad.

Cabe señalar que el procedimiento para interactuar fue similar en los diversos lugares que visito: el saludo de rigor y preguntar nombre y al función que desempeñaba la persona.

La secretaria fue a las áreas observar lo que ocurre y que no le digan y menos la vayan a cuentear.

Obvio que no se pasará el tiempo en eso, en tanto que hay otro tipo de pendientes que deberá atender.

Entre las prioridades que deberá dar salida, a través de sus colaboradores, se encuentra el surtido de material y artículos que se manejan en clínicas y hospitales ya que, debido al cambio de gobierno, se frenó su adquisición o al menos eso se dijo.

Trascendió que en el Hospital General, Norberto Treviño Zapata, una persona que tuvo un accidente y sufrió cinco fracturas en uno de sus brazos, que ameritaba intervención quirúrgica de inmediato, se vio obligado a esperar seis días.

La justificación de los doctores que lo atendieron fue que no se le podía operar porque carecían de calvos y una placa para fijarle los huesos.

Y conste que quien sufrió ese calvario es un empleado del sector salud.

Otro paquete que le espera a LIDYA es lo que tiene que ver con la orientación efectiva de los comités de salud.

Hablamos de que éstos se encuentran operando en dos mil 750 colonias y en mil 114 comunidades rurales, en los 43 municipios de la entidad.

Se trata de un entramado importante para bajar a territorio programas de autocuidado de la salud individual y familiar.

Es una fuerza que se mueve para llevar a cabo acciones preventivas en torno a enfermedades e igual colaboran en respecto a la toma de decisiones para implementar estrategias de salud.

Hasta ahí todo bien. Lo que no se ve y dice en los informes, en cuanto a dichos comités, es que los gobiernos priistas los han utilizado para hacer proselitismo a favor de candidatos, antes y durante las elecciones.

Ahí está precisamente el detalle, en reorganizar los mencionados comités y enfocarlos a lo que debe ser y no a otros asuntos.

Pero si la secretaria cae en la tentación de conservar esas estructuras para hacer política tendrá que ponerles el sello azul.

En buen plan esto no deberían de manejase con ningún color pero hablamos de la realidad y no de buenos deseos.

Otros “asegunes” a los que, tarde o temprano tendrá que entrarle la

servidora pública, es meter en cintura a los que cobran pero no trabajan. A lo mejor igual se topa con “hermandades” en la Coepris o en adquisiciones, cuya labor es facilitarle a sus clientes trámites y demás en espera de la correspondiente reciprocidad.

Lo de la Sección 51 del Sindicato de Salud y la división que se traen, es otra historia a la que, por supuesto, no es ajena la administración.

Sucede que la lideresa de el gremio, MARIBEL GONZÁLEZ ARREDONDEO, de filiación priista, busca nulificar a la gente de ADOLFO SIERRA MEDINA, un personaje que, en la pasada campaña, se sumo al proyecto de la alternancia.

De manera que LYDIA tendrá que lidiar para hacer una buena faena, cortar orejas y rabo y, a lo mejor, es sacada en hombros para la competencia en el 2018. Hay voces que le ven cara de senadora.

Ciertamente es temprano para eso, pero los asuntos del poder se manejan en el ámbito de lo que es posible y creíble.

AL CIERRE

CARLOS SOLÍS GÓMEZ se descarta para ir por la presidencia del PRI estatal, según declaración que hizo a medios de Reynosa.

Los ojos tricolores enfocan, cada vez más, al legislador ALEJANDRO GUEVARA COBOS.

Por su parte, el diputado, EDGAR MELHEM SALINAS es alguien que ha expresado su deseo de seguir de lleno en la cámara baja.

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