En el mundo capitalista cualquier payaso es presidente, el único requisito es pertenecer a la oligarquía, no es preocupante la llegada de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos de Norteamérica puesto que los imperialistas anuncian y le venden al mundo su verdad, el pensamiento del ahora ya presidente es el de todos los que gobiernan al imperio, para ellos ver a los demás países como “ciudadanos de segunda” es normal.
No hay que ir muy lejos, cuando cruzas para ingresar a los Estados Unidos de Norteamérica te tratan como a un delincuente y si se les da la gana hasta la visa te retiran, desde ahí se aprecia la visión que tienen hacia los latinoamericanos, por lo tanto, el muro se hubiera construido independientemente de quien ganara, no olviden que para apoderarse de los recursos de otros países inventan guerras democráticas contra los gobernantes que se opongan a su política depredadora, por eso quienes votaron por él sólo están reflejando un desprecio que tienen hacia sus vecinos pues de todos sus males nos hacen responsables.
Por tanto es preocupante ese voto que se dio en Estados donde vive una gran población latina, porque es un racismo que no es por el color de la piel de los demás, sino un racismo por el estatus de ser ciudadano del imperio, este racismo es el más peligroso porque por un simple documento se olvidan de sus raíces y de cómo llegaron a vivir a los Estados Unidos.
Ese racismo es más cruel porque es un odio a la humanidad por el sólo hecho de no haber nacido en Norteamérica, es aún más despiadado que aquel donde se discrimina por el color de la piel, pareciera que se auto erigen como el pueblo prometido por sobre todos los demás seres humanos.
En pleno siglo XXI con una tecnología de punta el espíritu humano se ha degradado más debido a que el voto otorgado a este opresor es una arma legal para iniciar el muro, a los gobernantes norteamericanos se les olvida que a México le robaron más de la mitad de su territorio y ahora quieren expulsar a todos los hermanos, eso va contra la ley porque legalmente no es de ellos, el único delito de nuestros hermanos es recuperar esa tierra que es nuestra.
Pero sabemos que para la oligarquía internacional las únicas leyes que existen son las que los benefician.
El muro sólo representa un odio ancestral, un racismo, una propaganda más del poderoso en contra de los países oprimidos, el expulsar a muchos hermanos latinoamericanos que su único delito fue ir a trabajar en los bajos empleos, con sueldos de hambre, siendo discriminados sólo por su origen, no dejemos de lado cómo los connacionales son asesinados por los policías del imperio, por otra parte de nada han servido los más de dos mil años de las diferentes religiones por hacer una mejor humanidad, no se puede llamar una potencia a los Estados Unidos, un país que se hace cómplice del odio de un candidato hacia los hermanos Latinoamericanos porque el dichoso muro no es sólo para México es un muro de desprecio para todos los hermanos Latinoamericanos.
,¿Dónde está eso de amarse unos a los otros? ¿De ayudar a los demás? ¿Dónde queda darle posada al hermano? ¿De compartir con los más pobres?
Nos referimos a esto porque en el imperio abundan los templos cristianos y todo tipo de religiones, por el contario, sólo vemos un pueblo que odia en nombre de su dios, si más de dos mil años no han bastado para hacer que evolucione el espíritu humano es tiempo de ver qué está pasando en esos templos donde sólo se está lucrando con la fe del ser humano que lejos de hacerlo más humano lo está volviendo más cruel hacia sus hermanos.
Los discursos de supremacía del ahora presidente Trump confundieron a muchos que en el espejo se miran como anglosajones, sin embargo, la realidad es que tienen el alma más negra que Trump, así comenzaron las huestes alemanas azuzadas por Hitler, se olvida la Historia en aras de sacrificar al más débil pero también se inicia la caída del imperio.
Cuando en los imperios llegan los racistas y locos sólo se refleja que la oligarquía ya no tiene gente pensante, que todo su poder se basa en las armas y las riquezas que roban a otras naciones, antiguamente les llamaban tributos, hoy se llama globalización, la cual es donde el imperio es el nuevo rey del mundo y las demás naciones son las que aportan los recursos y la mano de obra barata, todo igual que en la época medieval.
HOY LOS PUEBLOS DEL MUNDO SON LOS NUEVOS ESCLAVOS DEL MILENIO.