EL NUEVO HERALDO.- Miles de latinoamericanas se manifestaban en el Día Internacional de la Mujer contra la violencia y el trato desigual y con la frustración de ver que, pese a su lucha, la desigualdad de género no ha mermado.
La jornada de protesta del miércoles está signada por marchas y un paro femenino de actividades en distintos países.
Amnistía Internacional denunció que en el continente americano se registran al menos 12 feminicidios por día. “Fueron pocos los avances de los Estados para atajar la violencia contra mujeres y niñas”, señaló la organización humanitaria en un informe sobre la situación de las mujeres en 2016.
La Organización de los Estados Americanos (OEA) dio libertad a las funcionarias que deseen unirse a la huelga internacional de mujeres. El 56,8% del plantel de ese organismo es femenino.
Según la OEA, aunque en el continente americano se han logrado avances significativos en los últimos años “aún existen cifras inaceptables de feminicidios, de violencia doméstica, de discriminación y precariedad laboral”.
Por su parte, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) instó a los Estados a “reafirmar su compromiso con la igualdad de género”.
“En Estados Unidos, en promedio, a las mujeres afrodescendientes se les paga sólo 64 centavos y a las latinoamericanas sólo 54 centavos por cada dólar que gana un hombre” y “en Brasil mientras que las mujeres ganan un salario promedio de 430 dólares en comparación con 610 de los hombres, las mujeres afrodescendientes son las menos pagadas, con 315”, indicó la CIDH.
En Argentina, donde en los últimos dos años la asociación civil “Ni una menos” ha reunido a miles de personas en contra de la violencia de género, mujeres de distintos ámbitos cumplieron un paro parcial de actividades a partir del mediodía y protagonizaron “ruidazos” en la vía pública.
“¡Se va a acabar, se va a acabar, que nos maten a una más!”, gritaron a coro más de un centenar de trabajadoras bancarias en el centro de Buenos Aires. Unos pocos colegas masculinos acompañaron la protesta.
“Los brazos no se tienen que cruzar”, dijo a The Associated Press la empleada administrativa Silvina Albornoz, de 56 años.