EL PAÍS.- El ocaso de Mariah Carey (47) está dando mucho de qué hablar. Su decisión de establecerse en Las Vegas con un espectáculo permanente, emulando a figuras como Céline Dion o Jennifer López, en un presunto intento de sacarle más partido a su leyenda, ha desembocado en más detrimento que beneficios. La artista ha sido criticada por su falta de interés durante muchos de los conciertos y ha despertado una cadena de comentarios -algunos de corte muy cruel- sobre su mal estado de forma a la hora de subirse al escenario.
Las fotografías de su despedida de la ciudad de Nevada, el pasado martes 18 de julio, son elocuentes. Carey ha subido de peso de forma notoria, un asunto en el que se centraron muchos de sus seguidores, que en lugar de en sus canciones comentaron su figura. Las críticas durante la cita en el casino Caesars Palace de Las Vegas fueron aún más demoledoras que las que tuvo que leer al día siguiente de la mano de los expertos. Éstos no dudaron en otorgarle una mala calificación por un show que definieron como un espectáculo desdibujado y sin la chispa de antaño.
La revista InTouch cita a uno de los miembros del público, confirmando los murmullos: «Parte del público comenzó a susurrar inmediatamente sobre su aspecto», indicó, especialmente por el hecho de que el atuendo elegido, un body que no dejaba espacio a la imaginación, «era increíblemente revelador y ajustado. Se la veía muy grande por todas partes, pero Mariahno dudó en presumir de cada curva«.
Otros fueron mucho más crudos en redes sociales al describirla como «una salchicha envuelta en purpurina» o un bulto «burdamente gordo». También hubo quien respondió y destacó la crueldad de los comentarios y lo erróneo de juzgar a alguien por sus problemas de peso. Y con razón.
Lo positivo de semejante masacre es que los cercanos a Carey creen que a la cantante de Huntington (Nueva York) poco le importa su exceso de peso. Dicen que es feliz disfrutando de la comida junto a sus gemelos, Morrocan yMonroe, nacidos el 30 de abril de 2011 fruto de su relación con el actor y comediante Nick Cannon.
Independientemente de sus problemas con la dieta, lo cierto es que son muchos los expertos que creen que Carey atraviesa un mal momento profesional y que su decisión de ocupar el lugar de Céline Dion en el anfiteatro del Caesars Palace de Las Vegas no fue la mejor. A eso hay que añadirle los dos importantes resbalones antes y durante su estancia en la ciudad del pecado.