Por Juan  Hernández

IMG_20150713_081230La ingratitud y el olvido son las únicas palabras que se pueden entender al escuchar la voz angustiada de la octogenaria que pide a viva voz de comer pues tienen hambre y como vive sola en la una casucha de madera sin más muebles que un viejo sillón polvoroso y un par de cobijas en las mismas condiciones en la colonia México Agrario.

La dama que sobrevive en las calles Revolución y División del Norte de la colonia antes mencionada cuenta con 84 años y dijo llamarse Julia Cepeda y por informes de los vecinos quedó viuda, la cual procreó dos hijos Pablo y Guadalupe pero ellos viven en San Benito según argumentó ella misma.

Lo cierto es que está prácticamente en el abandono si bien es cierto que cuenta con un baño recién hecho de materia ubicado en el centro del solar, su único patrimonio es una silla y mesa vieja y en un cuartito 2.5 x 2 metros aproximadamente está un viejo sillón que hace las veces de una cama al caer la noche, la puerta en medio conduce a otro cuarto más grande este es de 4 x 5 metros pero está vacío y lleno de polvo solo un artefacto tipo andador habilitado como sanitario y totalmente a oscuras.

Los dos días de inanición ya no los pudo soportar doña Julia por lo que con llorosos gritos que calan en al alma del ser más insensible decía “Tengo mucha hambre, denme algo de comer por favor”, supuestamente una joven mujer de nombre Sara y de apodo “la negra”, se hacía cargo de ella pero trascendió que como era adicta solo iba a robarle lo poco que tenía.

De los hijos que tienen en San Benito nada se sabe, pero el día de hoy la señora Marcela Hernández y el señor Francisco de los comedores comunitarios de la colonia Lauro Villar y la Herradura respectivamente, le llevaron desayuno y almuerzo agradeció al momento que rápidamente los erguía.

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