NOTICIAS UNIVISION.-Cientos de estadounidenses y cubanos vieron ondear este lunes 20 la bandera de Cuba en el cielo de Washington frente a la misma embajada que cerró sus puertas hace más de medio siglo. Es un edificio centenario que ha sobrevivido a décadas de enemistad política y dificultades económicas.
Los tres pisos de mansión de estilo francés, erigidos en 1917 a unos tres kilómetros de la Casa Blanca, pasaron inadvertidos durante años para muchos transeúntes en la histórica calle 16. No había ni banderas ni sellos oficiales que relacionaran con la isla caribeña ese edificio flanqueado por otros inmuebles centenarios.
Solo los más curiosos reparaban en el cartel situado en la verja. Identificaba el edificio como la Sección de Intereses de Cuba y dejaba clara su dependencia de la embajada en Washington de Suiza, el país que ejerció como mediador entre los dos antiguos enemigos de la Guerra Fría durante años de ausencia de relaciones diplomáticas.
Cuenta ahora con un camino de entrada recién pavimentado, una verja con pintura fresca, un nuevo jardín y un mástil instalado a mediados de junio. Es donde se izó la bandera cubana este lunes. En las últimas semanas, la Sección de Intereses ha atraído más miradas: se engalanaba para convertirse en embajada.
Dinero en efectivo en su interior
La ilusión que destila la nueva misión contrasta con su situación de hace un año, cuando la Sección de Intereses albergaba todo su dinero en efectivo. Confíaba en no registrar ningún robo y prestaba servicios consulares muy reducidos ante la negativa de decenas de bancos en Estados Unidos a hacer negocios con el Gobierno cubano.
Cuba perdió en marzo de 2014 su relación financiera con el banco M & T, y desde entonces estuvo más de un año sin encontrar una nueva entidad para hacer sus operaciones en Estados Unidos. Finalmente, en mayo pasado, firmó un contrato con la entidad Stonegate de Florida.
Comparada con el inmueble gris de siete pisos que se convertirá en embajada estadounidense en La Habana, la nueva misión cubana es un edificio pequeño. Su elegante fachada, eso sí, le confiere el aire imponente de las grandes mansiones de Washington.
Quienes cruzan su umbral alaban la enorme escalera de mármol situada en el recibidor, que abre camino a dos pisos coronados por una enorme cúpula de cristal con vidrieras.





