Tras la muerte de su esposa y su única compañera, Cyril Aggett de 89 años, cayó en una fuerte depresión, por lo que alumnos de un colegio ubicado en Playmouth, Inglaterra, decidieron invitarlo todos los días a comer, ahora platicar con ellos es el único motivo por el que sale de su casa.

De acuerdo con medios locales, el hombre de 86 años y su esposa Shirley solían ir diario al comedor ubicado frente a su casa al cual acuden los alumnos de la escuela aledaña, pues el precio y la calidad de los alimentos es muy bueno; sin embargo, cuando la mujer murió, Aggett dejó de realizar sus actividades cotidianas y únicamente se levantaba de la cama para ver televisión.

Debido a que la pareja era conocida por los alumnos del instituto, al notar su ausencia hicieron una llamada telefónica. De esta manera, Cyril comparte y conversa con los estudiantes, profesores y la comunidad del colegio cuatro veces a la semana.

“Vengo aquí y veo a los niños. Muchos me hablan. Hay un joven que se acerca y se asegura de hablarme. Amo la compañía y el ruido. Una vez que entro y cierro esas puertas, no hay nada”, relató el hombre.

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