“Gastamos dinero que NO tenemos, en cosas que no necesitamos, para impresionar a gente a la que no le importamos”
Will Smith
Hola amigos lectores! Los saludo con mucho gusto y espero que hayan disfrutado mucho estos pasados días de descanso en compañía de sus seres queridos.
Recordando la importancia de mejorar nuestras finanzas personales y mantener una economía estable en tiempos de crisis. Administrar nuestra economía puede ser todo un reto si no somos inteligentes al distinguir en que debemos de ahorrar y gastar. Por eso es conveniente cambiar nuestros hábitos administrativos y convertirnos en un ahorrador intelectual. Una persona ahorradora intelectual analiza y distingue con éxito en que situaciones vale la pena invertir su dinero convirtiéndose en un gasto a beneficio.
A continuación les presentare algunas situaciones en donde podemos aplicar nuestra actitud de Ahorrador Intelectual:
Situación: “Voy al súper por una cosa y salgo con diez” ¿Cuántas veces no vamos al súper mercado porque nos falta algún artículo del hogar y terminamos con el carrito lleno?
Pues lamento decirles que esto es por falta de organización y disciplina. El ahorrador intelectual elabora un presupuesto donde incluye los gastos de despensa y maneja un inventario. El beneficio de un inventario de nuestra despensa es poder organizarnos y darnos cuenta de que artículos faltan y que comidas podemos preparar con los artículos que si tenemos en nuestra despensa. Un ahorrador intelectual tiene un día destinado a verificar su despensa, preparar su lista de mandado y además comparar precios.
Aunque puede sonar muy complicado y demandante de tiempo manejar con éxito el inventario de la despensa y comparar precios, conforme a la práctica se vuelve cada vez más fácil, hasta el punto en donde ya sabemos cuánto es el consumo y que artículos nos conviene comprar en diferentes abastecimientos.
Situación: “Me salió más caro el Remedio que la Enfermedad” El ahorrador intelectual es disciplinado y controla sus impulsos, sabe medir el precio y calidad de los productos a consumir.
Cuantas veces no hemos escuchado algún caso de alguien que por comer alguna comida o unos tacos “muy baratos” resulto enfermo del estomago y a consecuencia viene una visita al médico, compra de medicinas, un día de ausencia en el trabajo y en algunos casos hasta se puede propiciar la ausencia de otro miembro familiar para tener que cuidar al enfermo. Entonces en este caso ese pequeño ahorro de unos tacos “muy baratos” se convirtieron en unos tacos “carísimos”. Otro ejemplo puede ser cuando compramos ropa solo porque es muy “barata” para descubrir que la calidad de la tela no era buena y no resistió la lavadora o necesita de tintorería o plancharse muy seguido generando más gastos .
Situación: “ Pagos chiquitos , Deudas Enormes ” No todo es tan bueno como parece, muchas veces nos dejamos llevar por el impulso y la emoción de llevarnos algún artículo a un precio muy accesible a crédito. El ahorrador Intelectual emplea su inteligencia emocional controlando sus impulsos y no se deja llevar por la emoción de un artículo sin antes analizar el precio real del articulo y realizar los cálculos del producto a crédito, usualmente se termina pagando más del doble en un artículo a crédito.
Situación: “Yo trabajo mucho y me lo Merezco” Muchas veces caemos en la tentación de comprar algún articulo no necesario, solo por darnos el gusto. Pero si cada vez es más seguido darnos esos “gustos” solo porque nuestro pequeño ser egocéntrico cree que se lo merece debido a nuestras largas horas de trabajo, entonces ve despidiéndote de tu fondo de ahorro para la vejez y te recomiendo tratar muy bien a tus hijos o familiares para que quieran cuidar de ti. Un ahorrador Intelectual es precavido y analizador, el buen ahorrador sabe que aquella televisión, consola de video juegos o computadora mas nueva en cuestión de meses su precio bajara o incluso puede esperar a comprarlo en temporadas de descuentos. También hay que analizar, que lugares frecuentamos en nuestro tiempo libre, por ejemplo si en nuestros días libres solo frecuentamos el centro comercial pues lo más probable es que compremos algo que no necesitábamos solo porque lo vimos a buen precio, o nos gusto. La situación sería diferente si en nuestro día libre hubiéramos ido a practicar algún deporte, realizar algún tipo de servicio comunitario, salir a caminar, visitar amistades, leer un buen libro todas estas actividades sin duda son muy enriquecedoras y nos evitan gastos de compras innecesarias.
Finalizando estimado lector estas son las situaciones más comunes en donde se pone a prueba nuestros hábitos como Ahorradores Intelectuales, espero que al ver estas situaciones desde otro punto de vista le ayude a mejorar la administración de su economía. Hay que destacar que el ahorrador intelectual No es una persona avara o como llamamos comúnmente “tacaña” o “coda”. El ahorrador intelectual es organizado, previsor valora su salud, tiempo, analiza y compara la calidad de productos y lo más importante es que conoce el irreparable valor del tiempo y de sus seres queridos.





