Sin importar la veda electoral, el gobierno de Tamaulipas continua repartiendo los apoyos alimentarios a través de una estructura pintada de azul que trabaja para promover a sus candidatos.

Como beneficiaria inmediata de tal violación a la ley electoral se alza la candidata del PAN al IV Distrito, Veronica Salazar Vázquez, que parece no importarle que de resultar ganadora el uno de julio, si sus adversarios le comprueban una falta así, podría verse anulado el proceso.

Miembro del clan Salazar, Veronica lleva una campaña humana y modesta, en la que sacrifica su patrimonio político con tal de  «hacerle el caldo gordo» a Carlos García González, un candidato obsesionado con llegar a la Presidencia Municipal de Matamoros y quien fue impugnado por la propia militancia panista.

Manipulada a su máxima expresión, Vero que en el discurso enarbola los derechos de las mujeres, en la vida real se muestra como un títere de los hombres que en su vida personal y política la rodean.

En aras de ver a Veronica Salazar en el Congreso de la Unión, dependencias estatales como la SEBISOL, Secretaría de Bienestar Social, mandan a Matamoros miles de despensas que se entregan en las colonias a los operadores de la maquinaria azul con la consigna de sacar su triunfo y el del insufrible Chito en las próximas elecciones.