BBC.-La crisis que vive Grecia, inmersa en un «corralito» y con sus bancos cerrados hasta la celebración de un referendo clave para su futuro el próximo 5 de julio, es seguida con atención en muchas partes del mundo.

En ningún sitio la preocupación es mayor que en Europa, que se enfrenta a una situación inédita en su historia.

Grecia podría declarar un default y no pagar 1.600 millones de euros (unos US$1.800 millones) que debe abonar al Fondo Internacional (FMI) con el límite de la medianoche de este martes.

A partir de ahí, cualquier pronóstico es arriesgado.

El referendo que se celebrará el próximo domingo será clave: los griegos deben decidir si aprueban las propuestas de los acreedores en contra de la opinión de su primer ministro, Alexis Tsipras, que pidió el «No» para superar el lo que califica de «chantaje» del FMI, el Banco Central y la Comisión europea.

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