BBC.- _93111302_gettyimages-630107504Después de pasar ocho años como presidente de Estados Unidos, Barack Obama se enfrenta al hecho cierto de que va a ser sustituido en la Casa Blanca por Donald Trump, alguien que durante la campaña electoral prometió deshacer prácticamente todas las políticas emblemáticas del actual mandatario, aquellas que marcarán su legado histórico.

Pasando de las palabras a los hechos, los anuncios de los futuros miembros del gabinete de Trump apuntan una y otra vez a la negación de las políticas de Obama: desde el programa de salud Obamacare hasta la lucha contra el cambio climático o la política exterior.

Pese a ello, Obama no parece amilanarse y ha seguido ejerciendo su poder presidencial dando impulso a políticas en las que sus posiciones y las de su sucesor son antagónicas.

Esta semana, el mandatario estadounidense hizo uso de una vieja ley existente desde hace más de seis décadas para limitar de forma indefinida la explotación de hidrocarburos en zonas del Ártico y del Atlántico norte.

También notificó al Congreso de que tiene previsto trasladar a 18 de los 59 prisioneros que aún quedan en la cárcel de Guantánamo, en Cuba, hacia otros países incluyendo Italia, Omán, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos.

Ambas decisiones se relacionan con asuntos en los que Obama y Trump tienen posturas enfrentadas.

Si Obama apostó por la lucha contra el cambio climático e intentar limitar la emisión de gases de efecto invernadero, Trump prometió eliminar las barreras a la explotación de hidrocarburos en Estados Unidos.

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