12933159_1759283560961121_5354219749530882032_nLa renuncia de Aristoteles Cerda Muñoz del Partido Revolucionario Institucional si bien tiene un toque dramático y telenovelero al estilo de «La Rosa de Guadalupe» es un reflejo de la inconformidad que hay dentro del tricolor por la repartición de sindicaturas y regidurías.

A través de un escrito difundido en Facebook, Aristoteles lamento las practicas antidemocraticas del PRI y puntualizo el porque de su abandono previo al inicio de la campaña electoral:

«Por no estar de acuerdo con algunos integrantes de la planilla priísta de regidores del cabildo que se registro el miercoles 30 de marzo, gente sin trayectoria, sin trabajo partidista, sin trabajo, sin representacion y hasta con signos de militancia panista».

En cinco puntos, con contundencia, quien fuera funcionario durante el trienio de Alfonso Sánchez Garza, a quien gustaba de llenarlo de adulaciones y chismes,  nunca contó con apoyo económico o moral de su partido para la entrega de apoyos, es decir cobijas viejas y ropa usada, que hacia entre adultos mayores.

«Por no ser valorado como cuadro priísta y de trabajo con resultados, trayectoria, lealtad y comprometido y no ser tomado en cuenta por no tener un buen padrino y tener un apellido de abolengo».

Como lo documento lafronteradice.com,  en la planilla de Jesús de la Garza Díaz del Guante se incorporaron personas sin trayectoria como Vilma García de Seguy, de dudoso prestigio, como Hector Silva Santos o solo por ser parientes como Rafael Salas González, sobrino del líder priísta Rafael Gonzákez Benavides.

Tras su renuncia en facebook algunos priístas lambiscones como Omar Masso Quintana y Juan Guerrero Sauceda trataron de convencer a Aristoteles para que desistiera, pero este se mantuvo firme.

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