En Georgia, uno de los estados con mayor peso en esta elección, la votación comenzó con amenazas de bomba en centros de votación de Unión.
Millones de estadounidenses están participando en una jornada electoral tensa para elegir entre Kamala Harris, candidata demócrata y el expresidente republicano Donald Trump. Este evento electoral está marcado por una mezcla de orden y ansiedad en todo el país, especialmente en los estados clave o “bisagra”.
En Georgia, uno de los estados con mayor peso en esta elección, la votación comenzó con amenazas de bomba en centros de votación de Unión. Aunque estas amenazas fueron rápidamente descartadas por las autoridades y atribuidas a “actores estatales extranjeros” de origen ruso, causaron una interrupción temporal en la votación.
Por otro lado, en Pensilvania, estado en el que se anticipa que los resultados pueden definir la elección, surgieron problemas técnicos en el proceso de votación. Un fallo en las máquinas lectoras en un condado con fuerte apoyo a Trump motivó que un tribunal local extendiera el horario de votación.
Además, las autoridades están investigando posibles casos de fraude en el registro de votación en seis condados del estado, lo cual ha incrementado las tensiones y las denuncias sin pruebas de fraude por parte del expresidente Trump.
En Arizona , el proceso de votación transcurre con calma, aunque las autoridades han desplegado importantes medidas de seguridad, incluyendo guardias, drones y áreas de acceso restringido. Particularmente en el condado de Maricopa, en Phoenix, se erigió un sistema de seguridad considerable alrededor del centro de votación para proteger tanto a los votantes como al personal electoral.
En Nueva York , se registró un incidente en la localidad de Fowler, donde un hombre fue arrestado por amenazar con incendiar un centro de votación tras no poder votar al no estar registrado.
Esto ha incrementado la atención sobre las tensiones en algunos estados y sobre las restricciones de observación electoral, ya que varios estados liderados por republicanos han bloqueado la supervisión federal, lo cual se salió de la tradición de permitir observadores del Departamento de Justicia en estos eventos.
En un movimiento inusual, los fiscales generales de Florida, Misuri y Texas presentaron demandas para evitar que el Departamento de Justicia envíe observadores a los centros de votación de sus estados.