BBC.- Lele Tao comenzó a hacer transmisiones de videos en directo por internet cuando tenía 18 años. Ahora tiene 24 y más de un millón de fans. Es una de las estrellas del mundo web más populares en China.

«Bienvenidos a mi canal de transmisión de video en vivo. Soy Lele Tao. Hagan clic en ‘seguir’ si les gusto. Esta canción se llama ‘Déjalo ir'», explica, segundos antes de interpretar el tema en cuestión a capella, con una gruesa capa de maquillaje sobre su piel.

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Lele forma parte de una industria creciente que mueve millones en el país asiático y que está dominada por grandes corporaciones.

2016 fue el año de oro del streaming en vivo en China con más de 10.000 descargas. Cerca de la mitad de la población digital en el país -unos 300 millones de personas- usó aplicaciones para escuchar a sus ídolos en directo.

Pero las «diosas de internet» de China no graban sus videos desde sus habitaciones, sino desde pequeños estudios con cámaras web incorporadas. Allí cantan, chatean con sus fans y participan en juegos online.

Gracias a este fructífero negocio, Lele gana cada mes US$37.000. Y todo gracias a los regalos que le hacen sus seguidores a través de la red, la mayoría de ellos hombres jóvenes que le ven todos los días.

Sin embargo, ese dinero no le pertenece sólo a ella. Debe repartirlo con su agencia.

Su multimillonario jefe, Max, fundador de la empresa de streamingMJ,controla todo lo que hace en internet y se lleva un buen porcentaje de sus ingresos. Pero no siempre se ponen de acuerdo en todo.

«Hasta la cima»

Max y su esposa, Xiaowei, descubrieron a Lele en 2012 y decidieron explotar su potencial.

«Producimos un programa en el portal de internet Tencent y me di cuenta de que Lele era buena. Tras nuestra primera colaboración, tuve una primera impresión suya muy positiva», le dijo Max a la BBC.

«Pero ella no habría llegado muy lejos si se hubiera quedado con la agencia con la que trabajaba. Así que traté de ‘cazarla'».

«Me puse en contacto con 11 de sus amigos para intentar persuadirle. Al final, la compramos por US$740«.

Max asegura que Lele hacía «solamente» entre US$3.000 y US$4.000 al mes cuando se unió a su compañía. «Apenas unos miles de dólares», añade su mujer.

«Pero ahora se ha convertido en la número uno de su plataforma de streaming«, agrega Max. «Creo que es la primera streamer que hemos desarrollado desde sus inicios hasta la cima».

La empresa de Max mueve mucho dinero gracias a Lele y otras cantantes que usan su plataforma. Sin embargo, Lele le acusa de haberle engañado y de no hacerle ganar tanto como le prometió.

El empresario culpa las discusiones que tiene con ella a sus «cambios de humor»y dice que cuando eso ocurre cancela sus actuaciones.

 

 

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