EL PAÍS.- Esta semana la habitación 32-135 del hotel Mandalay Bay se ha convertido en el lugar más atractivo de la actualidad para los amantes de los lugares con tintes malditos. Es la que Stephen Paddock eligió para alojarse el domingo 1 de octubre y donde, algo más tarde de las diez de la noche, reventó dos de las ventanas y disparó al público que se agolpaba en el festival de música country que se celebraba al aire libre a poco más de 360 metros de distancia.

Las primeras imágenes del interior de la habitación inundaban ayer los medios de comunicación. Y después llegaba algo aún más potente para los curiosos: el vídeo del lugar por dentro, grabado por un hombre de Carolina del Norte llamado Jeff Bridges (nada que ver con el actor) que se alojó en exactamente la misma suite el pasado año. Aprovechó entonces para grabar algo de más de un minuto de su paseo por el lujoso entorno que, irónicamente, como él indica en el texto que acompaña al vídeo que subió el 2 de octubre, «termina con la vista desde la ventana del área donde se celebraba el concierto».

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Lo principal que debemos saber es que hay muchas más posibilidades de alojarnos en un hotel donde alguien ha muerto que irnos a vivir a una casa donde alguien ha muerto. Un estudio realizado en Seattle a principios de siglo arrojó como resultado que la gente que elegía un hotel para suicidarse superaba en 20 veces a los que decidían hacerlo en casa, por razones que principalmente podrían atender al deseo de que su cuerpo sea encontrado por un extraño y no por un familiar.

Pero una nota tranquilizadora: probablemente no sabremos nunca si algo ocurrió en nuestra habitación. Mike Holovacs, un gerente con diez años de experiencia en hoteles, publicó un completo artículo en el Huffpost aclarando que los empleados del hotel, sean de alto o bajo rango, tienen prohibido desvelar información sobre muertes en el interior del establecimiento.

También en su artículo ofrece un rápido resumen de lo que se hace tras una muerte, que es lo que probablemente ocurrirá a la 32-135 del Mandalay Bay cuando el FBI termine una investigación que puede alargarse meses: «La habitación es inmediatamente sellada y se retira del mercado. El hotel no puede usarla hasta que las autoridades se lo permitan, y entonces necesitará limpieza y desinfección. Este proceso puede variar: desde la retirada y sustitución de todos los tejidos afectados a la renovación total del mobiliario.

Esta decisión depende del tiempo que haya pasado desde la muerte y el descubrimiento del cadáver y en la naturaleza de la muerte. Si alguien ha muerto a causa de una sobredosis de pastillas y es localizado al poco tiempo, por ejemplo, el proceso requerirá menos trabajo que si ha sido debido a un disparo [que puede dejar restos orgánicos como sangre] o si han pasado días (o semanas) desde el fallecimiento [en cuyo caso pueden aparecer gérmenes]».

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