ARISTEGUI.- La Arquidiócesis de México aseguró que el país tendrá un “amargo 2017” por el llamado gasolinazo.

En el editorial del semanario Desde la Fe, titulado “Insensibilidad”, la Iglesia católica llamó a dar “soluciones” ante la inconformidad ciudadana, pues sostuvo que “México no está preparado ante un mazazo brutal que le lastima más”. 

“Urge también más sensatez de los responsables de llevar las riendas del país que de manera insensible y arrogante todavía se atreven a decir que el gobierno está trabajando para apoyar a los sectores más vulnerables de la población y que los mexicanos deben sumir este nuevo reto para salir adelante. La gente está harta de todo esto. Por eso hay tanta indignación y furia”, indicó la Arquidiócesis.

«La última semana de diciembre del 2016, las autoridades reguladoras de energía y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público adelantaron la liberación de los combustibles que incrementó su precio hasta en un 20 por ciento. A esto se suma otro golpe a la economía por el aumento a las tarifas de energía eléctrica que se ajustan entre 2.6 y 3.5 por ciento para el sector comercial, y en 2.6 por ciento para el uso doméstico de alto consumo. La razón, a decir de las autoridades, fue el alza de los combustibles para la generación de la electricidad, además de la liberación de los precios del gas que variarán según la oferta y la demanda.

Sin duda, México tendrá un amargo 2017, luego de décadas en las que, debido a la política energética de precios artificiales y subsidios gubernamentales –que representaron cerca del 3 por ciento del Producto Interno Bruto– protesta_gasolinazo_chiapas-3-600x274fueron disfrazados los costos reales de los combustibles. A medida de que los subsidios fueron eliminándose, los gasolinazos mensuales desplazaron las aportaciones gubernamentales para reflejar los costos reales, hasta la liberación de precios que hoy se ve reflejada en 90 tarifas máximas distintas en el país, que variarán conforme a la cercanía de las instalaciones de producción, de distribución de combustibles y los precios internacionales.

Como sabemos, los precios de la gasolina tienen efectos fuertemente recaudatorios. Cerca del 43 por ciento del precio de cada litro es determinado por la cuota del Impuesto Especial Sobre Producción y servicios (IEPS) y el pago del 16 por ciento del IVA. El resultado son gasolinas carísimas usadas para captar impuestos de los cuales, por desgracia, no hay transparencia en cuanto a su destino y fin»

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