la-foto-1-(1)   Ni marinos, policías estatales o elementos municipales de Protección Civil pudieron evitar el desenfreno del «Springtec» que año con año convoca a cientos de jóvenes y adolescentes a una jornada de excesos y desenfreno en la Playa de Matamoros.

Durante 3 horas salvajes, estudiantes universitarios, de bachiller y secundarias locales para alcoholizarse, recibir toques eléctricos, bailar semidesnudos y en algunos casos consumir estupefacientes a la vista de todos.

Fue un jueves de contrastes, por la mañana la alcaldesa Leticia Salazar Vázquez dio por inaugurado el operativo de seguridad Semana Santa 2014 en un ambiente protocolario, por la tarde en ese mismo paraje jóvenes intoxicadas apenas cubiertas por diminutos bikinis bailaban al son de «Puto» de la agrupación Molotov.

la-foto-3A manera de advertencia la jefa de la comuna había advertido con aires de maestra regañona que no se permitirían desórdenes en el balneario y amago con aplicar la antialcohólica para evitar que ya intoxicados los jóvenes salieran conduciendo de la Playa.

Para mediodía, el consejo había quedado en el olvido, al ritmo del reggaetón programado por el equipo de Elegant Músic, el sonido contratado con dinero de estudiantes del Tecnológico de Matamoros, se puso a bailar a los jóvenes, que con latas de Lite y Four Loko en mano, disfrutaron de un ambiente de excesos que no paso desapercibido por los elementos de Protección Civil y de la Policía Estatal Preventiva.

Y es que tras tomar posiciones en el área de cabañas, a unos 50 metros del paraje que el ex presidente municipal Homar Zamorano Ayala se apropió para construir un hotel de 2 estrellas, los protagonistas del Springtec terminaron cercados por agentes municipales y estatales que observaron sus desfiguros y los dejaron ser sin molestarlos, aún y cuando el 80% de los asistentes eran menores de edad, sin edad para consumir bebidas embriagantes ni mucho menos la mariguana cuyo olor característico se desprendía de algunos vehículos.

la-foto-1Tras una jornada de bailes exóticos y camisetas mojadas por parte de adolescentes a las que se les ofrecía 30 dólares por quitarse toda la ropa, competencias de recibir toques eléctricos entre estudiantes de Matamoros y Valle Hermoso, sin faltar las carreras de beber cerveza, algunos conatos de bronca y empujones entre los jóvenes ya intoxicados llevaron al sonido Elegant a replegarse y anunciar su retiro en medio de la rechifla pública.

Para las seis de la tarde ya sin música amenizado el ambiente y con la presencia de cuerpos de emergencia como Cruz Roja y Cruz Verde los jóvenes fueron cediendo a sus deseos de más fiesta y a bordo de carros y camionetas emprendieron el regreso a Matamoros: el objetivo de embrutecerse en la Playa se había cumplido.

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