Cuando Néstor Fernández Perales Páez llegó a su salón de clases, en la primaria Amalia González Caballero no imaginó que iba a salir del plantel sin dos dientes, con lesiones maxilares por el golpe que recibió con la paleta de madera de un viejo mesabancos por parte de uno de sus compañeros.
Fue la mañana del martes 10 cuando el niño de 7 años recibió el golpe de frente por parte de su compañero Víctor Manuel Sánchez, durante una riña escolar en el salon de primero donde la maestra Jenni lizeth Urbano no estaba presente.
Mireya Paez, madre del menor, enfrentó ayer a Francisco Sánchez Salazar, jefe de Servicios Regionales de la Educación de Matamoros, para denunciar este nuevo caso de bullying en el que la maestra del niño y la directora Lucia Edith Maldonado en lugar de avisar a la familia y pedir atención médica le compraron a Néstor una nieve.»Esto no puede seguir así, porque tan pronto fueron los dientes, luego le sacan los ojos o me lo entregan como al chamaco de VIctoria, ya para morirse, yo creo que se tiene que sancionar a esas dos maestras que se quedaron calladas y que no le brindaron la atención que necesitaba el niño».
En busca de justicia para la criatura, la madre de familia llegó hasta la jefatura de Servicios Regionales de la Educación, donde le prometieron abrir una investigación pero no sancionaron, como ella pedía, a la maestra y la quienes minimizo la agresión al señalar «que todo fue un accidente».
Con Néstor ensangrentado por el paletazo, las dos maestros en lugar de hacer válido el seguro escolar y llevarlo para que recibiera atención médica, le compraron una nieve al niño de 7 años para conformarlo después de que escupiera los dos dientes frontales.
Luego de protestar en las oficinas de educación de la colonia Lucio Blanco, la madre de familia y Néstor se trasladaron al Auditorio Mundo Nuevo a pedir el apoyo del Sistema DIF Municipal. Ya ahí la presidenta del organismo Verónica Salazar Vázquez canalizó al niño al área médica y pidió al Procurador de la Defensa del Menor y la Familia, Miguel Angel López Pozo, que interviniera para fincar una responsabilidad judicial a la primaria Amalia González Caballero por la negligencia de su personal.





