Un peculiar Santa Claus ha tomado por asalto las calles de Matamoros: sin trineo pero con su equipado triciclo cargado con sonido y hasta con Rodolfo «El Reno», se da a la tarea de repartir dulces, bailes y sonrisas entre los niños de escasos recursos.
Se trata de Amaury Becerril un desempleado que por cuarto año se transforma en Payaclos, mezcla de Payaso y Santa Claus que sin esperar nada a cambio circula por la ciudad distribuyendo dulces.
«Mi alegría está en la sonrisa de los niños cuando reciben sus dulces, cuando me ven bailar con estilazo que tengo, todo para que ellos se sientan contentos en estas fechas».
Su esfuerzo le cuesta, no sólo físico al recorrer con sus 60 años a cuesta, los kilómetros enteros en el triciclo, sino también económico ya que a falta de apoyos oficiales, el mismo costea los fritos, paletas, «lagrimitas» y dulces que amorosamente guarda en las bolsas transparentes que son la delicia de chicos y grandes.
«En este año nadie me ayudo, le pedí a la presidenta Lety y nada, a la señora Verónica (Salazar) y tampoco, los diputados Belén y Juan Martín me hicieron malas caras mientras que en la oficina de Juan Patiño me acusaron de vender las bolsas lo cual es totalmente falso porque un peso yo no le agarró a nadie».
Es de reconocerse que para poder costear los dulces que entrega como Payaclos, don Amaury Becerril se dedique a recolectar cartón y plástico que encuentra tirado en las calles.
«Para mi cada día es una aventura nueva, y estoy muy agradecido con la gente que me dé la oportunidad de sacarle una sonrisa, de convivir un rato y desearles felices fiestas».
Su personalidad festiva han vuelto a Payaclos un personaje noble y entrañable en la temporada navideña que se vive en Matamoros.





