A la espera de que den las dos de la tarde y el patrón en turno se discuta con el pollo asado y las caguamas, albañiles de Matamoros festejan este sábado el Día de la Santa Cruz, lamentando la suerte de sus compañeros de gremio, que por falta de obras, se encuentran inactivos.
«Yo tenia quince días sin trabajar hasta que me habló el maestro Meme, y nos trajo a esta casa que vamos a remodelar por dentro y por fuera entonces nos vamos a echar unos tres o cuatro meses en la obra, lo que es bueno porque hay trabajo asegurado, yo tengo dos compadres que no han conseguido jale».
En las afueras de una vieja casona en la calle Iturbide, Juan Garcia «El Borrado», se limpia el sudor de la cara, ve el bote de 20 litros que tiene que cargar con mezcla y resopla, sabe de su peso y de que el a sus 40 ya no se cose al primer hervor.
«Pero hay compañeros más grandes que andan trabajando, yo he visto señores de 70 años echando una placa, saben que si no trabajan no hay chivo y tiene familia que sacar adelante, esos rucos se ponen por el (pollo) Charys de la Popular, cobran 150 por vaciado».
Los albañiles se encuentran enmedio de una las peores crisis de desempleo, la falta de inversiones públicas y privadas repercute en un gremio castigado por sueldos que no les alcanzan para llevar una vida digna y que no van acorde con el esfuerzo físico que exige este duro oficio.
Por ser sábado y además su día, los trabajadores de la pala y la cuchara soltaran sus utensilios a las 2 de la tarde, van a esperar su paga, pero también la comelitona que el patrón de la obra les invite, no por obligación pero si por una tradición que se festeja desde hace cuatro siglos.
«Por muy chica que sea la obra siempre se nos invita algo, aunque sea un cuartito, más cuando es una casa o una construcción grande pues se prende el asador con pollo y carne para convidarnos un taco, también como es sábado se espera que inviten las caguamas para quitarnos el calor», afirma Manuel, el «maistro» mientras enseña su sonrisa chimuela.
Del auge que significó la década pasada la construcción de conjuntos habitacionales en la ciudad ahora saben que las oportunidades son pocas, y casi siempre vienen de particulares, bardear un terreno, echar una placa, remozar viejas edificaciones.
Con poco trabajo y tantos albañiles, no es de extrañarse que en puntos como la 12 y Diagonal Cuauhtemoc, Siete y Morelos, Fidencio Trejo y Roberto Guerra, y en las mismas instalaciones sindicales de la avenida Calixto de Ayala, se observa a los jornaleros, esperando escuchar el claxon de un carro y con ello la oportunidad de trabajo, afirma el líder del gremio Carlos Alberto García Grimaldo.
«La verdad que la chamba si esta escasa, por eso vemos a los compañeros afuera y en otros cruceros pues ofreciendo sus servicios porque no hay oportunidades suficientes para todos, necesitamos que lleguen fábricas, que se autoricen más fraccionamientos, que haya inversión porque de lo contrario los vamos a seguir viendo cruzados de brazos, quieren trabajar pero no tiene donde».





