PROCESO.- La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), a través de la arquidiócesis de Acapulco, acaba de implementar un programa de rescate de jóvenes que trabajan o están en riesgo de trabajar como sicarios para las bandas del crimen organizado que operan en el estado de Guerrero.

Este programa lo realizan los llamados Centros Integrales de Acompañamiento (CIA), con el objeto de atender a la juventud que se encuentra en ese estado de vulnerabilidad, mediante distintos tipos de terapia psicosocial.

El proyecto forma parte de un programa más ambicioso de la arquidiócesis de Acapulco, enfocado a la atención a las víctimas de la violencia y que, desde 2012, se empezó a implementar con los llamados “centros de escucha” que están operando en todo el territorio de la arquidiócesis, según se detalló en un reportaje publicado en el número 1951 del semanario Proceso.

Ahora, estos “centros de escucha” –donde se les da atención espiritual, sicológica y jurídica a las víctimas— han derivado en los CIA, que ya son más específicos, pues solo se enfocan a estos jóvenes en riesgo.

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