A sus 38 años, Sergio Ramos llegó con una sonrisa y un impresionante estado físico a su presentación como refuerzo de los Rayados de Monterrey. Un fichaje que ha generado gran revuelo en el fútbol mexicano.
El defensor español, conocido por sus épicas gestas con el Real Madrid, se presentó ante más de 33 mil aficionados en el estadio BBVA. Luciendo su camiseta con un número que remite a su histórico gol en la final de la Champions League 2013-14. Ese gol, junto a otros logros, lo han colocado entre los grandes en la defensa.
“Bueno, ahí cada uno es libre de opinar lo que quiera. Para gustos los colores y entiendo que a algunos les pueda gustar más (Paolo) Maldini, (Franco) Baresi, (Franz) Beckenbauer, pero ya solo estar ahí en el trono con ese tipo de jugadores es un honor. Yo siempre me he considerado una persona que vive para y por el futbol, que intenta rendir y siempre he querido ser el mejor en mi posición”.
A pesar de su imponente palmarés —que incluye 117 goles a nivel de clubes y 23 con la selección española— Sergio no busca ser considerado el mejor de la historia.
“Después cada uno que haga su juicio de valor, sus gustos, pero también las estadísticas, pues, están ahí, esas hablan por sí solas, pero nunca he tenido esa inquietud y nunca me ha quitado el sueño que la gente me valore como el mejor de toda la historia”.
En los Rayados de Monterrey, Sergio Ramos tiene claro que su rol es ser líder en la defensa. Martín Demichelis, su entrenador, destacó su carácter desde joven:
“Sergio (Ramos) es capitán desde chiquito, no voy a descubrir absolutamente nada”.