LA NACIÓN.- Ayer,  Donald Trump visitó  Puerto Rico tras el desolador paso del  huracán María , que destrozó la isla y provocó 34 muertes, y dio la nota. A su llegada, en un premio cerrado y repleto de productos de primera necesidad para entregar a los damnificados, el presidente de  Estados Unidos comenzó a tirar rollos de papel higiénico a la gente que se había acercado para verlo.

En un gesto que puede leerse como descontracturado pero que en medio de una situación crítica no cae del todo bien, el mandatario se mostró incluso algo jocoso cuando arrojaba, como si fuesen pelotas de básquet, los paquetes a los puertorriqueños, que perdieron sus casas, sus bienes, incluso sus trabajos.

Trump, que como presidente se enfrentó a los huracanes Harvey, Irma y María en las últimas seis semanas, dijo en una sesión informativa que los desastres están debilitando el presupuesto de Estados Unidos.

El mandatario visitó la isla para tranquilizar a los residentes y asegurarles que está comprometido con su recuperación tras el paso de María, el peor huracán que golpeó al Estado libre asociado en 90 años.

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