PROCESO.- “Habría que pensar” sobre la posibilidad de ordenar como sacerdotes a los viri probati, hombres casados, sobre todo jubilados y muy implicados en la Iglesia, y determinar cuáles serían sus funciones, señaló el Papa Francisco en una entrevista con el diario alemán Die Zeit.
La declaración de Jorge Bergoglio se da a raíz de que muchos miembros de la Iglesia creen que ante la falta de párrocos en numerosos países, debería abrirse una nueva vía: que además de los curas, que hacen voto de celibato en su ordenación, se integre como diáconos a los viri probati que deseen ponerse al servicio de la Iglesia.
De acuerdo con información difundida por las agencias AP y AFP, en varias ocasiones el pontífice ha afirmado que la prohibición de ordenar a hombres casados no era un punto de doctrina intangible y que permitir elegir a los seminaristas entre el celibato o no es “la solución”, además de que tiene sus preocupaciones pastorales sobre hombres que han dejado el ministerio para casarse.
Su antecesor, Benedicto XVI, se opuso acérrimamente a abrir las puertas a los curas de rito latino casados.
Durante su pontificado, Joseph Ratzinger (nombre secular de Benedicto XVI) dijo que “si se abolía el celibato se presentaría un nuevo problema, el de los sacerdotes divorciados”, según una nota de la agencia EFE publicada en 2006.
De hecho, en su día, algunos arzobispos urgieron por un cambio hacia la modernidad en la Iglesia.
El ya retirado Emmanuel Milingo, oriundo de Zambia y casado con una coreana, pidió la restitución del “sacerdocio con matrimonio para restablecer la salud de nuestra Iglesia”, indicó la agencia española. Benedicto excomulgó a Milingo después que éste consagró como obispos a tres sacerdotes casados.