Facultados ya para hacer campaña, los candidatos a la alcaldía de Matamoros dieron una muestra de cual va a ser su comportamiento durante el proceso, unos amanecieron cansados, otros se levantaron tarde, unos más moviendo la lengua y en contados casos, trabajando.
El abanderado de la Alianza PRI-PANAL Y VERDE, Jesús de la Garza Díaz del Guante se levanto tarde, y con las prisas olvido ponerse el reloj verde plastificado que junto con las camisas a cuadros le recomendaron usar como uniforme de campaña.
«Por eso salí a las carrera y me puse este, pero voy a ir a cambiarmerlo», afirma mientras se mira el accesorio metalizado.
Parsimonioso, revela que su estrategia sera la misma que el verano pasado, ir paso a pasito por las calles de Matamoros, hablando del Puerto Matamoros y de los valores familiares.
«Yo camino despacio porque me gusta detenerme con la gente, escucharla, y así le voy a hacer ahora también».
La agenda Chuchín de la Garza incluyo tres entrevistas radiofónicas, una conferencia de presa y por la tarde el mitín que arrancaran a las 5 en el Parque Olimpico, muy cerca de su casa en la colonia Jardín, y muy lejos de donde los matamorenses más pobres sufren por el desempleo, hambre e inseguridad, entre otros canceres.
En la acera de enfrente, Veronica Salazar Vazquez arranco de madrugada, con visitas a trabajadores de la PEPSI y de Coca Cola, un desayuno en la cafeteria Regio´s y una brigada casa por casa por los rumbos de la Avenida Benjamín Gaona, la misma que los gobierno priístas prometieron pavimentar y sigue hundida en el lodo y olvido oficial.
Como hormiguita, Vero, que hace campaña sin mentar el apellido Salazar, camino las calles fangosas y prometió ayudar a los más vulnerables.
Especialistas e fiestas y viajes, el candidato independiente, Jesús Roberto Guerra Velazco, comenzó el primer minuto del lunes, con verbena donde ni siquiera los tacos del primo Raúl y los cohetones pudieron hacer que se juntara gente en el cuartel de la Sexta Solernau.
Lo que se esperaba fuera una reunión tumulturaria, resulto en el encuentro de unos cuantos, en su mayoría los integrantes de su planilla y sus familias que no quisieron perderse la gorra.





