En Matamoros miles de peregrinos llegaron de rodillas, en silla de ruedas, con muletas, cansados pero con mucha fe a los pies de la Virgen Morena.

Toda la efervecencia quedo de manifiesto en el recinto de Cuatro y Camilo Manzo donde para pedir favores o cumplir mandas los creyentes católicos se reunieron con misa hora tras hora.

La primera de las homilías fue celebrada a la medianoche por el Obispo Monseñor Eugenio Lira Rugarcia en una iglesia abarrotada de fieles que llegaban cargados de flores, veladoras e incluso esculturas de tamaño natural para bendecir.

 

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