La educación es una de las obligaciones propias de los entes gubernamentales, en la que cada vez los ciudadanos adoptan mayores tareas y desempeñan responsabilidades no ejercidas en épocas anteriores y en algunas circunstancias aparecen en la suma para que las nuevas generaciones construyan y desarrollen sus capacidades, pero la entidad, no obstante a los esfuerzos de los gobiernos del priato, los resultados no pueden ser de ninguna manera una referencia.
Basta recordar que durante la administración del ex gobernador Eugenio Hernández Flores, un empresario ferretero, como es José Manuel Asad Montelongo tuvo a su cargo la secretaria de educación. Lo mismo en tiempos de Tomás Yarrington Ruvalcaba cuyos prospectos politizaron el sector educativo y en herencia lo mismo que durante el geñismo, solo heredaron docentes adscritos pero sin capacidad para desarrollar una competencia.
No así sucedió durante el gobierno anterior, cuyo cargo recayó en Diodoro Guerra Rodríguez quien tuvo capacidad para ejercer el cargo que le fue conferido, pero sus metas trazadas no obtuvieron los satisfactores planteados por el ex titular de esa dependencia.
Que decir de la administración del ex gobernador del “maharisi”, Manuel Cavazos Lerma, en la que la educación se redujo a prácticas que primitivas de la educación, promovidas por el profesor José Luis García, titular de esa área.
Lo cual no deja de ser un desafió para el nuevo titular de educación, en la presente administración Héctor Escobar Salas, que de entrada fue motivo de preocupación para el segmento de docentes, que han mostrado desde hace más de una década, preocupación por el desarrollo de la educación en esta entidad.
Pero también la designación de Escobar asienta las expectativas del profesorado tamaulipeco, cuando detectan en su equipo al doctor en educación de origen cubano Julio Herminio Pimienta Prieto. Quien es autor de algunas obras relevantes encaminados a la metodología del aprendizaje. Que tiene su base en el constructivismo teórico y práctico.
En la que se busca que el estudiante y docente hagan una construcción propia del conocimiento. Que no está lejos de los nuevos paradigmas planteados por el gobierno federal, pero también se distingue porque la metodología del aprehendizaje es distinta.
Pimienta Prieto desempeña el puesto de subsecretario de educación básica y es por lo mismo uno de los principales asesores del titular de la dependencia. Tendrá como responsabilidad preparar el programa educativo 2016-2022.
Tanto el nuevo secretario como el subsecretario parecen hablan el mismo lenguaje. Habría que averiguarlo pero dan la impresión de que uno fue alumno del otro. Lo cierto es que esta en la misma visión. Están en proceso de la elaboración de un diagnostico de donde habrá de surgir el nuevo plan educativo.
El título de “Pimientita” lo obtuvo en los últimos quince días, en los que mostró su brazo para hacer cumplir a los empleados burócratas con el horario y obligaciones respectivas a sus funciones en el servicio público.
Habrá que esperar los resultados de la función tanto del joven secretario Héctor Escobar como de su subsecretario “Pimientita”. Sobre todo ante los vicios propios del sector educativo, en los que la mayoría de los ex funcionarios de esa dependencia no han opuesto resistencia.
Por otra parte, en la secretaria de salud, los enterados aseveran que los subsecretarios renunciados la semana anterior, extrañaran los viajes de placer a los países sudamericanos, los cuales corrían a cuenta de las empresas distribuidoras de
medicamentos, pero sobre todo, de los reactivos para el control del Zika, Dengue y Chinkungunya.