La caída del precio del petrolero durante el 2016, es el descenso histórico en este país y en el mundo de los hidrocarburos, la depreciación del denominado “oro negro” para los mexicanos representó 19 dólares menos por cada barril de crudo. Por lo mismo la petrolera mexicana realizó diversas maniobras, entre otras, abrir la explotación del crudo a las principales petroleras del mundo. Pero en contrapelo también tendremos al cierre del mismo año y al inicio del 2017 precios record de la gasolina.
Según la secretaria de hacienda del gobierno federal estima que la gasolina Magna se cotizará a partir del primero de enero en 15.99 pesos el litro, mientras que la denominada Premium se cotizará en 17.19 pesos el litro. Mientras que el litro del diesel se tasará en 17.05 pesos el litro, este último alcanza un incremento del orden del 16 por ciento. En tanto que las gasolinas tendrán un incremento equivalente al 20 por ciento respectivamente.
Resulta por demás patética la expresión del titular de esa dependencia José Antonio Meade quien a los medios nacionales les aseveró que va a pasar es que vamos a divorciar el precio del petróleo de razones tributarias o razones políticas, esa es la justificación del titular de la dependencia encargada de regular el precios de algunos productos como es la gasolina y el diesel, dos carburantes fundamentales para el desarrollo de las actividades económicas, que son a la vez el motor de la economía nacional.
Son distintas las acepciones del problema que se avecina para los 32 estados de la república. Ya que por un lado, se prevé el incremento del robo de combustible de los ductos de la petrolera mexicana, es decir que de los 800 mil litros que cada año reconocer la autoridad, son robados y de los cuales ha presentado demandas en las instancias federales, cuyos resultados de las investigaciones se desconocen, se podría duplicar el robo de combustible, así como la venta de este en bidones o yogas.
Practica que ya se presenta en por lo menos seis entidades del país, donde hay desabasto de estos combustibles, que según la petrolera no es por desabasto, pero que a opinión de los propietarios de expendios de gasolinas, se debe a que Pemex está obligando a los expendedores a que seguir siendo sus clientes.
El impacto del incremento al precio de la gasolina es desalentador no solo para quienes utilizan un vehículo como transporte, sino también para quienes utilizan el diesel en actividades primaria, secundaria y terciaria.
Ya de hecho el padrón de agricultores disminuyó por las sequias recurrentes y atípicas en los dos ciclos agrícolas como son el primavera-verano y el otoño-invierno, aunado al acoso de la delincuencia en las regiones eminentemente agrícolas. Además del fenómeno del desplazamiento de los operadores de maquinaria agrícola.
Además la reducción de subsidios del gobierno mexicano, que se aplicaron por la entrada en vigor hace a 23 años del Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Y aún cuando resulten lastimosas la expresiones del presidente electo del Estados Unidos Donald Trump, lo cierto es que a México no le ha ido como lo prometieron los promotores del neoliberalismo.
No se alcanzo la mecanización del campo, miles de agricultores del sector social regresaron las unidades agrícolas por incapacidad de pago a la agencias de maquinaria. Pero además el gobierno federal disolvió los subsidios en combustible. Y hay procampos ahora proagro sin liquidar por parte de la misma dependencia que regula el precio de los carburantes.
Pero ni por error, el precio de los granos, oleaginosas, los cítricos y cultivos alternativos remontan su cotización en la bolsa de Chicago, instancia reguladora de estas cotizaciones.
Lo cierto es que en estos tiempos la escalada de precios será regida por el incremento de la gasolina. Algo similar a la inflación y aumento de precios que generó el incremento en el precio del azúcar en los años 70 del siglo anterior.