TELEMUNDO.- La belga Marieke Vervoort aspira a despedirse en los Juegos Paraolímpicos que abrirán sus puertas en el mismo Río de Janeiro del 7 al 18 de septiembre próximos. Pero no se trata de un retiro deportivo tradicional: Vervoort quiere poner fin a su vida mediante la eutanasia.
El deporte ha sido y es todo para esta atleta paralímpica, hoy con 37 años. En las olimpiadas de Londres 2012 obtuvo tres medallas, una de oro en 100 metros y otras dos de plata en 200 y 400 metros, y en 2015 alcanzó el primer puesto en el Mundial de Doha, donde rompió récords en los 400, 800, 1.500 y 5.000 metros.
Para esta brava mujer nacida en la localidad de Diest, Bélgica, el 10 de mayo de 1979, la vida ha sido una ardua batalla, una prueba de fuego que ella misma quiere cerrar con una medalla olímpica y seguidamente con una inyección letal.
Vervoort, una desconocida para el gran público, lleva desde sus 14 años aquejada por una triste enfermedad degenerativa que paraliza sus piernas y que le genera limitaciones, dolores, noches en vela y continuados episodios de desmayos.
De ahí que esta heroína piense seriamente en acogerse a su deseo a la eutanasia, un derecho que desde el año 2002 tienen en su país aquellas personas que se vean aquejadas de enfermedades físicas o psíquicas incurables, siempre que se cuente con la aprobación de tres médicos.
No obstante, por el momento el objetivo es una nueva medalla olímpica. “Pienso que tengo posibilidad de medallas en 100 y en 400 metros –dijo Vervoort ante la prensa-, pero va a ser duro porque mi rival canadiense en muy fuerte también”.
“Cuando me siento en mi sillón de competencia –aseguró para France 2—todo desaparece, expulso todas las ideas oscuras, batallo contra el miedo, la tristeza, el sufrimiento, la frustración, y me puedo concentrar en mi entrenamiento. Es así que gano medallas de oro”.
En 2008, esta mujer tuvo que abandonar el deporte que le apasionaba, el triatlón adaptado, que la vio convertirse en dos ocasiones en campeona del mundo.
