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La corrupción es una enfermedad de los últimos siglos que se ha presentado principalmente en las administraciones de la mayoría de los gobiernos del universo. Es un asunto del que no escapan estados como El Vaticano. No obstante a que en esa ciudad se promueven los más altos valores humanos y cristianos

Resultado de esa práctica son los crímenes y muertes que han despertados sospechas, pero que en siglos no han sido esclarecidos, Porque la corrupción despierta todas las pasiones del hombre.

Aunque se quiera atribuir a los gobiernos civiles, se trata de una inercia a la que los seres humanos, sean civiles, ateos o creyentes de algunas religión o credo, parecieran estar condenados a vivir en un estado de descomposición, porque al final, eso es la corrupción.

Y aunque pareciera tedioso hablar de ella e insignificante, porque las generaciones milenarias de esta época, están marcadas por situaciones de esa naturaleza, más trascendente resulta, la incapacidad perceptiva de esa realidad.

Por ese motivo, si ayer se habló del enriquecimiento ilícito, sospechoso o escandoloso de dos ex gobernadores tamaulipecos. Pecata minuta resulta, la detención de un ex dirigente del tricolor, por lavado de dinero en el país Vasco.

Que no deja de ser una vergüenza más para los mexicanos, sobre todo porque la mayoría de estos, si son guadalupanos aunque no sean cristianos, pero no todos son priístas. Pero por contradicciones no vamos a terminar. Ya que si somos un país de guadalupanos, no se explica entonces los motivos por los que predominan actos contrarios a la transparencia.

Resulta por demás incomodo y hasta molesto que por esas situaciones han surgido organismo como las contralorías en todos los órdenes de gobierno, organismos de acceso a la información, procuradurías para el control y revisión de precios, para el control del medio ambiente. Que al final incumplen con el fin para el que fueron creados, porque están rebasados por la descomposición en la empresa privada, a la que también rebasó, lo que en su momento enunció el ex gobernador del”Maharasi”, como la víbora de mil cabezas.

Que a pesar de parecer tan ferreo a esas circunstancias, también su administración cedió a lo que Rene Decar denominó de alguna manera en las “pasiones del alma”. Porque como dice el refrán. En Arca abierta, hasta el más justo peca.

En otros asuntos los partidos tricolor y albiazul parecen con los “frenos amarrados” porque ninguno de esos organismos han designado a los cuadros con los que competirán por el gobierno tamaulipeco, que se renovara en junio de este año.

Por cierto hay un secretario del gabinete estatal, que el 4 de enero reunió a sus colaboradores y les dijo, que se preparan para cobrar sus últimas quincenas, porque todo parece indicar que su gallo no llegaría a la final.

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