Una nube de renuncias y licencias se observó esta y la semana anterior en esta entidad, renuncias y licencias de prospectos que se dedican al oficio de la “política”. Una práctica que se origino en el partido más viejo más antiguo del que nuestros padres y abuelos nos dieron cuenta.
Pero eso de cambiar de cargo cada vez que se presenta la oportunidad de ser elegidos, se ha contagiado a militantes y aspirantes de partidos políticos ajenos al otrora partidazo. Durante algún tiempo fue tema de los opositores del tricolor, pero pasado el tiempo entendieron que era una manera fácil y placentera de vivir.
Sería de relevancia particular, que así como se construyó una reforma electoral en la que se imponen candados y se conceden derechos a los elegidos a un puesto de elección popular para que puedan ser reelectos, pero no tienen llenadera.
Excelente resultaría que esa utópica reforma considerara la posibilidad de que los elegidos no puedan ser electos para una segunda encomienda, cuando no han terminado la primera. Pero como es una utopía, porque las reformas políticas las hacen los partidos y no los ciudadanos, aunque con recursos de estos se financian las campañas de los que producen las reformas.
Lo patético de este asunto, es que los ciudadanos que son el soporte de la economía y son mayoría en la sociedad gobernada por los políticos “saltarines”, sea incapaz de exigir al prospecto que le llenen la pupila, que gobierne con nuevas perspectivas, en las que los ciudadanos sean los privilegiados de la gestión pública.
No ha pasado ni un año y los que se promovieron para ser electos, ya están de regreso por un nuevo puesto de elección popular. Por lo mismo, debe ser motivo de preocupación. Porque las elecciones de todos los tiempos no han superado el 53 por ciento de la votación. Quizá porque los integrantes de la lista nominal viven en una depresión que se ha fortalecido en el devenir de los años.
Y no obstante, que a esa lista nominal se agregan cada año nuevas generaciones de votantes, no se acrecienta la cantidad de electores que acuden a las mesas de votación, en los días propios para elecciones a distintos cargos de carácter popular.
Ha sido recurrente, que cuando los ciudadanos se manifiestan en las mesas electorales, los resultados son adversos al partidazo. Y el resultado no es lo mejor que el el ciudadano esperaba, porque los nuevos iconos de un proceso electoral, resultan atractivos para el elector, pero en la práctica, sus planteamientos resultan ser idealismos puros sin un contrapeso con la realidad.
El malestar de los electores es el mismo. Que los partidos son incapaces de presentar nuevos cuadros. Y cuando determinado partido decide postular un nuevo perfil de candidato. Los electores cuestionan la falta de popularidad.
Quizá por ese motivo los partidos han dejado de complacer a los votantes, porque les resulta más fácil diseñar un formato para vender un candidato, que postular a un desconocido o aun idealista.
Esta semana por fin el árbitro electoral, aceptó como aspirantes a una candidatura a 60 ciudadanos que se promueven para ser considerados candidatos independientes y por lo mismo buscaran estar en las boletas el próximo 7 de junio.
De los que aspiran a ser candidatos a gobernador, solamente del priísta Baltazar Hinojosa Ochoa nos hicieron llegar su agenda de los últimos dos días, que ocupo en reunirse con militantes del tricolor en Matamoros y Reynosa.
De los otros cinco que se alzaron como precandidatos nada se sabe, como son Francisco García, Abdies Pineda, Martín Garza, Jorge Valdez y Francisco Elizondo.
Donde anta esta candente el tema electorero es en los municipios de menor población, denominados rurales. En Jaumave, sigue firme la empresaria Blanca Salazar que promueve como una prospecto fresca y propositiva. En San Carlos, Ricardo Ríos un prominente agricultor y comerciante peina las comunidades rurales de esa región en busca del respaldo ciudadano.